Leah Weasley (Draco Malfoy)

Capítulo Veintiuno - Cuarto Año

- ¡Leah! - Gritó Ginny haciendo que me sobresaltara

- ¿Qué Ginny? - Le pregunté molesta saliendo de la habitación en que estaba - oh, hola Harry ¿Acabas de llegar?

- Sí... Perdón, necesito ir con Ron y Hermione ¿Los han visto? - Nos preguntó Harry después de saludarnos

Antes de que pudiéramos responderle Ron y Hermione se asomaron al pasillo y Harry fue con ellos, su actitud nos extrañó un poco pero lo ignoramos e intentamos volver a la habitación, acción que fue detenida por mamá llamándonos abajo, Ginny yo rodamos los ojos y maldije mentalmente mientras bajábamos las escaleras.

El verano antes de empezar mi cuarto año en Hogwarts lo pasamos en Grimmauld Place, ese era el lugar donde Sirius se había estado escondiendo, de hecho era la casa de su familia y él era el dueño, pero estaba dejando a Dumbledore usarlo como la base de operaciones de la Orden del Fénix, lo que resultó exageradamente útil, aunque al principio fue algo extraño estar con Sirius; obviamente Dumbledore nos explicó la verdad de todo lo que pasó con él y Colagusano, pero era un poco extraño porque realmente no conocíamos a Sirius.

Con el paso de los días, que se resumían en arreglar, desempolvar, ordenar, organizar y limpiar la casa para hacerla un poco más decente y evitar que pareciera abandonada, fuimos lentamente conociendo a Sirius y al menos yo me di cuenta que él estaba bastante feliz de tener gente en Grimmauld Place porque lo distraíamos y le permitía hacerse sentir mejor con el hecho de que no podía ni siquiera asomar la nariz por la ventana, porque para el resto del mundo mágico Sirius todavía era un asesino que escapó de Azkaban.

La llegada de Harry a Grimmauld Place en cualquier otro momento hubiera sido un enorme motivo de alegría, pero con como estaba la situación en realidad era complicado, empezando por el hecho de que el Ministerio de Magia lo había expulsado de Hogwarts por realizar magia siendo menor de edad y en frente de un muggle, aunque hacer eso era ilegal Harry lo había hecho en defensa propia, lo que la ley claramente permitía, pero el Ministerio estaba bastante molesto con Dumbledore y Harry por los acontecimientos de la última prueba del Torneo de los Tres Magos, por lo que aprovecharon la oportunidad para desquitarse con Harry.

Pero Dumbledore, siendo Dumbledore, los hizo entrar en razón lo suficiente como para hacer las cosas de la forma legal, por lo que Harry tendría una audiencia para determinar si realmente merecía ser expulsado o no.

- Pobre Harry - comentó Ginny volviendo a la habitación que compartíamos ella, Hermione y yo

- Los del Ministerio en serio están mandando al carajo su reputación - comenté estando de acuerdo con ella

- Sí, pero no hablo de eso, Hermione y Ron tenían prohibido escribirle a Harry, no pudieron decirle nada sobre dónde estábamos y la Orden del Fénix y Harry está muy enojado con ellos

- Entendible, si mis amigos me estuvieran guardando un secreto así de grande yo también me enojaría

- Hablando de amigos ¿Has estado en contacto con Lyla?

- No, sabes que mamá nos dijo que no podíamos enviar ninguna lechuza de aquí

- Lyla no estará feliz contigo cuando volvamos

- Le escribí una carta antes de venir aquí diciendo que íbamos a visitar a familia lejana y no nos dejaban enviar lechuzas desde allá

Ginny asintió como si aprobara lo que acababa de decirle y decidimos intentar escaparnos de las responsabilidades relacionadas con la limpieza de la casa, Fred y George aparecieron en nuestra habitación preguntando porqué no estábamos ayudando a mamá y luego desaparecieron para ir a la habitación en que Ron, Hermione y Ron estaban hablando o más bien casi peleando entre ellos.