Prólogo.

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Ella no era normal, vivía sola y sin familia, era amable e inocente a sus 18 años ¿Parecía una niña? Si, eso era lo que todos creían ya que los peinados que se hacía y la ropa que vestía le hacía parecer así, tal vez porque no pudo vivir una linda infancia y porque quiere ver lo que se siente ser una niña, era la causa de eso.

Ella era la protagonista de su propio cuento de hadas, ella era la niña inocente que vivía perfectamente feliz o eso creían todos porque en realidad cuando caía la noche estaba sola, sin amigos ni familiares, la dulce chica deseaba una vida mejor ya que en la noche  era simplemente la solitaria en un cuento deprimente igual que ella.

En el otro extremo de la ciudad se encontraba él, con ropa sucia, con pocos amigos y una sonrisa tallada en su rostro junto con unos solitarios orbes celestes ¿Qué era él? ¿Un humano? ¿Un monstruo? ¿El villano de los típicos cuentos para niños? ¿Un asesino sin sentimientos? Cualquiera es correcta, ya que él era todas.
Vivía en soledad y agonía, el terror no existía en su vida ya que el lo emanaba con su sonrisa, sus ojos sin párpados daban incomodidad que era tapada por sus ojos celestes que transmitían cercanía a aquel chico que fue y que jamás va a volver a ser.

Ellos dos se comprendían o eso era lo creían ya que los dos eran solitarios y en las noches de agonía, hado y azar (que son la misma cosa) las lágrimas de sus ojos bajaban por sus mejillas sin saber que al encontrarse la soledad que tenían iba a ser tapada por una calidez que ellos dos no sabían que poseían.

La soledad es algo que varios tienen en común y ellos lo saben.

The wolf |Jeff the killer|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora