—Disculpe, pero sí queremos resolver este caso, tengo que hacerle unas preguntas. —El oficial estaba estresado, en sus cuarenta años de servicio siendo detective, creyó haber visto todo y nunca se hubiera imaginado que un caso criminal, cuyo núcleo fue en un instituto común, iba a pasar a ser uno de los crímenes casi perfectos en la historia criminal surcoreana.
La persona frente al preocupado señor no tenía su vista fija en él como lo estaba haciendo el profesional y dueño del caso. La apariencia descuidada por todo lo que pasó había llamado la atención de toda la comisaría al igual que la sangre esparcida en su uniforme. Los jóvenes ojos se encontraban del mismo color que su ropa sucia por el llanto e impotencia que sintió en cada célula de su cuerpo por horas.
—Hay muertos, ¿verdad?
—Escucha...
—He escuchado suficiente de usted, sólo responda la maldita pregunta. ¿Han fallecido personas? —el asentimiento de cabeza fue todo lo que necesito la víctima para morder su labio inferior, se podía escuchar en la sala de interrogatorio los intentos fallidos de ahogar sus hipos y no dejar ver el llanto, soltando todo cuando la realidad llegó.
—¿Cuántos?
—Cuatro. Fallecieron cuatro estudiantes.
Las personas con las que podían contar en las buenas y en las malas, completos extraños con los que pudo generar un lazo de familia postiza habían salido heridos y otras se fueron de este mundo junto con sus sueños, esperanzas y aspiraciones en la vida.
Y otros, fueron los culpables.
El detective tuvo que excusarse para salir al no poder ver el rostro contraído de dolor de la persona, chocando con muchas más en ese mismo estado afuera, sin ninguna emoción rodeando su aura o con aquel brillo en los ojos que representaban a la juventud.
Los chicos no habían comido, sus energías estaban bajas y sus emociones estaban por las nubes, no hacía falta ser un adivino para ver que los estudiantes que sólo tenían planeado realizar aquel voluntariado para salvar notas no tenían ni la más remota idea de que se estaban adentrando a la boca del lobo para experimentar lo que era un verdadero infierno en la tierra, un infierno que duró casi seis horas y en dos lugares a la vez.
Nadie sabía nada, nadie logró darse cuenta de nada y todas las pistas estaban creadas a la perfección, todo siendo realizado de una manera tan pulcra que los policías se estaban volviendo locos. Tan locos, que la mente maestra reía bajo.
Los peones de su juego de ajedrez fueron la clave de su éxito, olvidándose que sólo uno podía vencerlo y derrotarlo desde la raíz, necesitaba solo un checkmate para acabar con el martirio.
Sólo necesitaba observar y quedarse quieto.
Este relato NO influye en la historia de HYBE HOUSE, así como ninguna de las otras que se vayan a publicar. Los personajes y grupos formados son los mismos, pero se desarrolla en un universo paralelo.
En este libro se mencionará sobre: sangre, objetos filosos, armas, ataques de pánico, intentos de asesinatos y muertes y más. SE RECOMIENDA DISCRECIÓN

YOU ARE READING
𝐁𝐄 𝐒𝐓𝐈𝐋𝐋... | ???
Mystery / Thriller𝐒𝐀𝐕𝐄 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒𝐄𝐋𝐅 | ¿Existe algo más que mueva a la gente además del dinero? Oh joder, sí que lo hay. Y eso se conoce en solo seis horas y... ¿Quién sabe? Tal vez vivan para contarlo. • Este relato no tiene nada que ver con Hybe House •