-GOJO X UTAHIME-AFTER HOURS

3.Tanto tiempo 🧭 🍋

- Utahime Iori-

En ese momento sus labios se postraron sobre mi, su palma estaba en mi espalda baja, mi cadera se pegó a la suya, mis brazos rodearon su cuello, apreté con fuerza el asa de mi bolsa, no entendí que pasaba, las puertas se cerraron y solo éramos nosotros en el pasillo.

Ahora tenía todo el peso de su cuerpo contra mi y yo solo atinaba a cachar sus labios sobre los míos, lentamente coló su mano en mi nuca y jalo levemente de mi cabello.

-Gojo ... .- Suspire.

-Utahime...ya no aguantaba más esto, tuve que besarte hace mucho tiempo..- Sentí un calambre entre las piernas y lo atraje de nuevo a mi, sonriendo como una boba.

-Vamos a tu oficina.- Le dije entre beso y beso, no sabía de dónde venía esta urgencia de verlo sin camisa, de verlo jadear mi nombre, pero lo sentí desde el fondo de mis entrañas, nuestro encuentro ya estaba dándose sobre la superficie de la pared del pasillo.

El me miro de la manera más seductora que alguien lo hubiera hecho y corrimos sujetados de la mano entre los escritorios hasta llegar a su oficina, que permanecía en profunda oscuridad, nos miramos unos momentos cuando ya me tenía de nuevo entrelazada con su cuerpo en la superficie de su escritorio.

-Satoruu... no dejes de besarme.- era yo la que más jadeaba, sentía el cuerpo arder.

-No pensé que siquiera te supieras mi nombre Iori, con eso de que en la carrera apenas si me notabas...- Dijo riéndose mientras daba pequeñas mordidas en mis labios y recorría con grandes manos todo mi cuerpo, llegando a la orilla de los botones de mi camisa.

Mis manos igual comenzaron a desabrochar la suya, abrí más las piernas para tenerlo cerca, mi falda no estaba dando para tanto, se me subió más de lo que hubiera querido y él me atrajo como por instinto a él, note el endurecimiento de su entrepierna.

Su camisa cayó al suelo y quedé atónita, ante su cuerpo, sus brazos y la blancura de su piel, era enorme, realmente la ropa lo disimulaba bien, pero tenía el cuerpo más tonificado que hubiera visto nunca.

-No podría no saber tu nombre, es imposible ignorarlo....- Gojo se abalanzó sobre mí al notar la mirada que tenía ante su cuerpo, en un segundo ya no tenía brasier y en cambio lo tenía rodeándome con la lengua la punta de mis pechos.

Yo solo podía suspirar, su cuerpo ya estaba prácticamente sobre todo el escritorio.

-¡Carajo, imagine esto tanto tiempo.- Suspiro, mientras sus ojos azules me robaban el último suspiro y mis piernas se aferraban a su endurecimiento.

Mi cara se ruborizó, sus manos me jalaron desde los muslos hasta la orilla de la mesa, se agachó y las luces exteriores iluminaron su rostro, mi cara se sonrojo.

-Gojooo... espera no no...-

-Dejame tenerte, déjame disfrutar cada parte de ti, no seas cruel, te garantizo que te encantará.- Todas sus palabras se desvanecían ya que estaba concentrada en cómo bajaba mi ropa interior mientras besaba mis muslos, con una expresión lasciva.

Abrió mi piernas y comenzó a devorarme, era una sensación única. Sujetaba su cabello, mi pecho subía y bajaba de la excitación. La única prenda que me quedaba eran los tacones y la falda arremangada hasta la cadera.

Su lengua recorría todo mi interior, su boca devoraba mi clítoris, de forma circular, no podía más, me acosté sobre la mesa y mire de cabeza la luces de los demás rascacielos, esperaba no ser la única de todo este mar de oficinas que estaba cometiendo este tipo de actos sobre un escritorio.

-Gojoo.. ya por favor..-

-Ahhh! Sabes tan tan bien... ¿Quieres que pare de verdad?.- Finalizaba la oración dejando caer un hilo de baba sobre mi centro, lo tenía entre las piernas, se miraba igual de excitado que yo y cuando su boca me dio descanso recorrió con sus dedos mis labios, entrando con suavidad en mi, de adentro a afuera con la velocidad exacta para que las puntas de mis pies se doblaran botando mis tacones en el piso.