A Dan Heng le gusta estar en los Archivos.
Aquí no tiene que hablar con la gente, la mayoría de los visitantes no vienen a los Archivos, ¿por qué lo harían, cuando hay cosas mucho más interesantes para ver a bordo del Expreso Astral?
Cuando está aquí, es libre de hacer lo que quiera, no tiene que pensar en sus secretos ni en los fantasmas de su pasado ni en el caos que le pisa constantemente los talones, su única tarea es revisar y organizar los registros de datos del Expreso: actividades mundanas, no obstante, aprecia la monotonía.
Después de tanto tiempo deambulando de un lugar a otro, es... agradable tener un poco de estabilidad, si bien no se quedará aquí para siempre, se niega a aprovechar más la generosidad de Himeko, cree que extrañará este lugar cuando inevitablemente se marche.
Son las pequeñas cosas, el sabor del café recién hecho por las mañanas, la sensación del viento en su pelo, la tranquila emoción de explorar un mundo nuevo, eventos y circunstancias ordinarias, pero estas son las pequeñas cosas que lo mantienen con vida.
En este nombre, en este cuerpo, como Dan Heng, está cansado de recordar lo contrario.
"¿Dan Heng?"
Se pone rígido al oír la voz familiar, mirando por encima del hombro hacia la puerta, la Pionera está allí, mirándolo con la cabeza inclinada hacia un lado, y él se pregunta si podría encontrar alguna excusa creíble para salir de la habitación.
"Stelle", dice, volviendo al libro que estaba leyendo, "¿Qué estás haciendo aquí?"
"Me has estado evitando", dice ella, tan directa y franca como siempre, "Quería saber por qué, ¿Hice algo para ofenderte?"
Él traga saliva y aprieta con fuerza el libro, "No, no lo hiciste, y no te estoy evitando".
"Te has quedado atrás en todas las excursiones que hicimos la semana pasada", la siente entrar en la habitación y apenas consigue evitar alejarse, "Incluso March 7th piensa que estás actuando raro".
"Solo quiero un tiempo a solas", él exhala, negándose rotundamente a mirarla, "No tiene nada que ver con nadie en el Expreso".
"Ya veo", Stelle no parece convencida, pero él pasa una página de su libro y se aleja de ella, y ella finalmente deja escapar un suspiro, "Al menos únete a nosotros para cenar esta noche, no te hemos visto en mucho tiempo".
"Lo pensaré", dice, y con eso, ella se gira y sale de los Archivos.
Dan Heng deja el libro, le tiemblan los dedos y, cuando respira hondo, el aroma de ella le llena la nariz y se le mete en la lengua: dulce y un poco picante, le hace pensar en la canela y la vainilla, en el calor reconfortante de un fuego en una fría noche de invierno.
Algo dentro de él se agita, un destello de poder inactivo que amenaza con abrumarlo, y sacude la cabeza, tratando de despejar su mente de la fragancia persistente.
Ha pasado mucho tiempo, necesita encontrar una salida antes de que pierda su ya frágil sentido de autocontrol.
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Un Dios que una vez se dejó morir [Danstelle]
FanfictionUn corazón frío es su peor castigo... ¡Hola! La historia e imagen de portada no me pertenecen, yo solo la traduzco al español, la historia pertenece a "allechant" bajo el nombre de "a god once left to die". Por otro lado, si no te gusta esta ship te...