Las cosas pasan por una razón, aunque las casualidades a veces sean descabelladas.
Elena junto a sus amigas combaten monstruos diariamente en su ciudad, junto con varias personas que están unidas en una organización. Un día ellas son llevadas al pa...
En un callejón oscuro, donde no se veía ni un ratón, alguien se escondía detrás de un contenedor de basura. Escapando de su destino.
De la nada aparece una segunda figura, una silueta femenina.
–Me parece que ambos no estamos para juegos. Sal por favor– Dijo con una voz dulce, la persona escondida se arrancó un colmillo que poco a poco fue creciendo hasta volver como katana, estaba listo para atacar pero sintió un golpe crítico en su cabeza, tanto así que cayó fuera de su escondite.
–Me parece que no eres muy bueno con tus sentidos, amigo– Exclamó otra chica burlonamente.
–Basta de juegos. No te culpo el hecho de que te hayan convertido en demonio, después de todo, no es responsabilidad tuya las acciones de otros. Pero has matado ha gente inocente y has devorado sabiendo que lo que estas haciendo esta mal– Dijo una tercera persona sacando una katana. El demonio se estremeció con su sola presencia, sabiendo, tal vez, que este sería su fin.
–Trataré de que sea rápido y lo menos doloroso, espero que otra vida sea mejor. Vuela alto– Alzó su katana y con una rápida ráfaga de viento y sin mucho esfuerzo corto la cabeza de aquel sujeto. Su cabeza rodó quedando frente a las tres mujeres.
–¿Por qué fuiste amable conmigo? Maté a mucha gente inocente, los devoré sin compasión y– Una de las chicas se agachó frente a él con una sonrisa calmada en su rostro.
–Solo tu sabes tus pecados, nosotros no podemos decidir por ti. Solo encuentra tu camino mas adelante– Comentó la castaña clara, el demonio se asombró por las palabras que le dijo aquella muchacha y luego se deshizo como polvo hasta desaparecer.
–Son demasiados, siento que nunca acabará– Dijo la pelirroja, las demás estuvieron de acuerdo. En ese recibieron una llamada de los auriculares que portaban en las orejas cada una.
–Agentes Elena, Lexi, Freya y Harper, dirigirse al cuartel lo mas rápido posible. El jefe desea verlas señoritas– Habló una señora mayor por medio de los audífonos.
–Iremos enseguida Laura– Dijo una chica que estaba algo lejos de donde se encontraba el grupo de amigas.
–Vamos nena ¿Para qué nos quiere el jefe?– Habló la pelirroja llamada Lexi.
–No se niñas, tendrán que venir rápido y averiguarlo ustedes nena– Comunicó y luego corto la comunicación.
La castaña clara llamada Freya Solorio un suspiro.
–¿Más misiones?– Exclamó cansada Freya. Las otras se encogieron de hombros.
–Es mejor dirigirnos rápido al cuartel– Dijo Elena mientras comenzaba a caminar. Las demás chicas siguieron a lado de ella. Se subieron cada una a sus motos y se dirigieron al famoso cuartel general.
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Dentro de un edificio bajo tierra en las montañas, dentro de una oficina discreta llena de plano, archivos de demás papeles se encontraba un señor de mediana edad junto a un hombre con bata de laboratorio.
