Capítulo 3

5 1 0
                                    

════ ∘◦❁◦∘ ═══

En la noche siguiente, termine encontrándome con aquella chica, quien estaba debajo de uno de los tantos árboles del lugar acordado, con las cosas que le había pedido, una manta, y algo de comida para el pícnic, mientras que yo también traje algunos postres y jugos de frutas conmigo.

Así que al vernos, nos saludamos y sentamos encima de la manta puesta en el césped, para poder pasar el rato en aquel paisaje silencioso y sereno.

Rosalind: Los postres están deliciosos, gracias por invitarme.

Derek: No es nada, te agradezco por aceptar la invitación. 

Rosalind: En realidad, me alegra tomar un respiro, antes de seguir con mucho trabajo, pero en pocos días ya todo se calmará. 

Derek: Al menos para ti. 

Rosalind: Cierto… me disculpo por eso. 

Derek: Está bien, no te preocupes, no me molesta que descanses y seas feliz. 

Rosalind: Tú debes ser feliz de la misma forma… 

Derek: Sí, me gustaría que en ese caso, ambos podamos ser felices, juntos.

Rosalind: Sí, eso sería bueno… 
 
Al ver a la chica sonriendo de forma tan dulce, mientras observaba el cielo nocturno de esa noche, notando nuevamente la belleza que la envolvía, no solo por su apariencia, sino también por aquella manera de ser y personalidad en general. 

Todo eso me cautivaba el corazón y generaba un deseo en mi interior, no podía dejar de mirarla, quería que sintiera como me sentía cuando estaba a su lado, a pesar de que ni yo mismo supiera que se trataba exactamente, pero si tenía una idea clara de que deseaba en ese momento. 

Así que extendí mi mano y acaricie ligeramente su mejilla, a lo que ella voltea enseguida a verme algo confundida, notando más el rubor de sus mejillas, era realmente bella.

Cerré ambos ojos y acerqué mi rostro con el suyo, juntando nuestros labios, por unos pocos segundos, unos que parecían magia real, una sensación muy agradable en verdad, que anhelada que no tuviera un final. Hasta que me aleje y pude notar, que aumento ese color rojizo característico en sus mejillas, mientras miraba hacia otro lado por el nerviosismo que tenía.

Me quedé observándola, preguntándome como podía describirle lo que yo sentía cuando estaba cerca. Así que volví a besarla, no obstante esta vez, era un beso un poco más largo, asimismo, la abrazaba gentilmente durante el proceso, intentando encontrar las palabras adecuadas para decírselo. Al menos hasta que todo se detuvo. Me separé de la chica y tomamos aire, en eso, quería intentar expresar que pensaba en aquellos momentos, sin embargo, ella fue la que habló primero, con una voz un tanto temblorosa.

Rosalind: Derek… si te soy sincera… creo que también siento algo similar, pero, esto no debería de pasar entre nosotros…

Derek: Perdóname, deseaba hacerlo...

Rosalind: No hay por qué disculparse...

Ella jugaba con sus manos mientras su sonrojo continuaba, así que solo di un suspiro, a pesar de que pude besarla, no sentía que fuera suficiente para que me sintiera satisfecho. Por consiguiente, me recargué en el tronco del árbol, para después, empezar a hablar como yo mismo de verdad. 

Las flores de nuestros anhelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora