¿Tímido?

Capitulo 02 - El primer día, parte 1.

POV Naruto

Apenas llegué a casa mi mamá me invadió en preguntas de "cómo lo había pasado", "cuando vendrá mis primas a casa" y toda esa bullshit típica. Yo le dije la verdad: que no me lo pasé tan mal, pero que sin embargo mis primas la cagaron al final en irse y hacerme pagar por todo por ellas. Cómo típico de mamá, las defendió y excusó diciendo que "estaba bien" y que "no debería impresionarme" pues no lo encontraba "nada de raro" ya que, como yo era el hombre y caballero que las acompañaba en el momento, tenía el DEBER de pagar por ellas si o si. ¡¿Pueden creerlo?!

Menuda mierda.

Cómo no es plata de ella lo puede decir sin ni siquiera inmutarse... ¡qué injusticia!. Lo bueno de todo es que al momento de ir a mi pieza, ya estaba todo ordenado y reluciente. Pobre de mi padre... de seguro mi mamá le azotó y ordenó que dejara todo listo para mi.

En fin apenas me acosté y cerré los ojos, como a los 10 segundos sentí que el despertado sonaba indicando las 7:00 am. ¡Dios! ¡Cómo dormí! sin dudas estaba muy cansado por lo de ayer y todo el viaje. La Furia Sangrienta de mi madre no se hizo esperar y empezó a chillar desde el piso abajo, la cocina específicamente, comenzó a golpear con la escoba el techo para que me levantara. Para sacarle de quicio la ignoré olimpicamente yendo directo al baño para que pensara que aún no me levantaba. No tienen idea cuanto me gustaba hacerla enojar por pequeñeces, de vez en cuando... claro.

Había tomado la estimación de cuanto me demoraba a mi nueva (que a la vez, hace mucho tiempo atrás, también fue mi primera) escuela y la verdad estaba algo justo en el tiempo. Me duché y vestí del típico pantalón gris y polera del establecimiento, zapatos negros y bolso negro. Me mire a al espejo y arreglé. Por cierto no he dicho nada sobre mi, me llamo Naruto Uzumaki, tengo 17 años, soy rubio de pelo alborotado, piel morena y ojos azules. ¿Nada mal verdad? todo un Bratt Pitt, pero con 3 bigotes en cada mejilla. Lastima que mi partido físico no me acompañe con mi personalidad...

Al bajar las escaleras me encontré con la Furia Sangrienta mirándome recelosa desde la cocina:

—¿Qué te cuesta responderme que ya te habías levantado? —dijo mi madre mirándome amenazantemente.

—Ehh.. Etto... Ya estaba en el baño pero aún con pereza —dije una mentirilla blanca.

—Mmmm... si claro, cómo no... —dijo no creyéndome— ¡me hiciste subir en vago, dattebane! —Jeje, estab fastidiada— ¡pensé que aún no te levantabas!.

—Jeje, etto... perdón mamita —dije rascandome la cabeza. Nervioso, por supuesto.

Mamá, resignara, suspiró, se acercó y me depositó un beso en la mejilla— Tu desayuno está listo. ¡No te acostumbres! ¡Ehhhhhhh! ¡dattebane! —quiso dejar en claro desde ya— de aquí en adelante tú te lo harás como de costumbre. ¡Ya! —aplaudió— ¡Apúrate! que creo que estas algo atrasado y quiero que llegues a tiempo para que te presentes frente a tus nuevos compañeros— dijo entregándome una cara muy alegre. La conocía perfectamente bien como darme cuenta que aquella era su sonrisa verdadera.

—¿Sabias que estoy en el mismo curso que con mis compañeros que estaba en prekinder? —dije.

—¿En serio? ¡Pero que bien! ¡de seguro te acordaras de alguno que otro compañero!

—Si bueno, ahí te cuento... ya me estoy yendo, estoy algo atrasado, comeré en el camino.

—Hmm —miró enojada— Debiste levantarte más temprano... en fin, esta bien, cuídate cariño.