Las diminutas pestañas de Serena se separaron en un veloz aleteo, sus ojos marrones miraron fijamente el techo de la habitación. Giró su cabeza suavemente y lo vió a él a su lado, abrazándola al punto de estar encima de ella. Lucía tan perfecto en esa posición, la luz del amanecer se dejaba ver entre las cortinas desconocidas, esos destellos se dirigían directamente en el rostro ajeno. Aún no creía que sería la última vez que lo tendría en esa postura, no creía que sería la última vez que contaría cada uno de sus hermosos lunares. Extrañaría su larga cabellera castaña, aquella nariz tan perfecta que le hacía pensar en lo afortunado que era en tener ese rostro tan angelical.
La respiración de Serena se agitó de pensar en ello, sus ojos se cristalizaron y una lágrima resbaló sobre su mejilla. No creía lo que estaba viviendo, no sabía que pasaría en un futuro y eso le aterraba. Una de sus peores pesadillas estaba ocurriendo, lo ama tanto que se niega a aceptar el presente.
«Desearía que el tiempo fuese eterno. Desearía que todo fuese diferente. »
El despertó. La miró y le dedicó una dulce sonrisa como solía hacerlo, Alessandro acercó su rostro con el de ella y depositó un pequeño beso sobre sus labios. Aún la amaba.
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Entre la distancia.
Romantik¿Las historias de amor suelen ser cliché? La mayoría. ¿Las historias de amor continúan cuando ya hay una separación? En su minoría. A Serena le gustaría formar parte de esa mayoría y minoría, pero hay obstáculos que se lo impiden.
