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Todo ocurre cuando Hyomin estaba por salir el fin de semana a una discoteca, sus amigas del trabajo la animaron a ir para que consiguiera un novio ya que desde mucho tiempo ella no había tenido pareja. Ella estába cambiándose en la habitación, se miraba al espejo y admiraba el buen cuerpo que tenía, comenzó a colocarse las medias veladas por sus largas piernas, se veía preciosa en ese preciso instante, llevaba una lencería color negra de encaje la cual consistia en un brasier que resaltaba sus bien proporcionados senos y una diminuta tanga.
De repente Hyomin observó a través del espejo que la puerta de su habitación estaba entreabierta descubriendo que su hijo adolescente Michael la estaba observando, Hyomin en ese instante no hizo nada ya que un atizbo de curiosidad surgió, tal vez era la adrenalina de que saldría esa noche a conocer a alguien lo que causó que Hyomin siguiera subiendo sus medias más lentamente, no sabia por qué tenía esa sensación pero saber que alguien la observaba así sea su hijo, comenzaba a disfrutar esa sensación. En ese momento los labios vaginales de Hyomin se entreabrian un poco debido a la excitación, pero en ese instante su razón surgió y decidió terminar el espectáculo terminado de vestirse, Hyomin estaba lista para irse y antes de que ella saliera de la habitación Michael ya se había ido. Hyomin consideró una anécdota curiosa lo que había pasado, era algo incorrecto pero de una forma en sus pensamientos lo disfruto.