1) entregarse a la bestia

20 2 0
                                    

Había una vez un mercader muy adinerado que tenía 3 hijos varones. Eran hombres muy hermosos; todas las jóvenes del pueblo morían por casarse con uno de ellos. Los hermanos mayores adoraban eso, adoraban ser el centro de atención. Eran vanidosos, orgullosos y sostenían que si ellos eran hermosos, no harían nada más que cuidar su hermosura. En cambio, el hijo menor, Felipe, era todo lo contrario. Si bien era hermoso, no era tan vanidoso como sus hermanos. Él era bondadoso, humilde y amable. Sus hermanos siempre le dijeron que era estúpido por no "aprovechar su hermosura", pero él nunca los escuchaba.

Un día sucedió algo terrible: su padre lo había perdido todo, todas sus riquezas. Solo le quedó una pequeña casa en el campo, y los 4 tuvieron que mudarse allí. No quedaba más remedio que trabajar y aprender a labrar la tierra. Como fue de esperar, los hermanos mayores se negaron a trabajar, con la excusa de que se ensuciarían y se maltratarían las manos, y se verían feos trabajando. Mientras tanto, Felipe se enfrentó con determinación a la situación.

-Quejándome no conseguiré nada trabajando sípensaba Felipe.

 Así que él hacía todo desde cultivar la tierra hasta preparar la comida o limpiar la casa. Incluso encontraba tiempo para hacer lo que más le gustaba: leer. Sus hermanos, lejos de ayudarle o agradecerle, se burlaban de él y le decían que ya no era hermoso, que era un hombre feo y sucio.

Llevaban un año viviendo así cuando el mercader recibió una carta informando que un barco que acababa de arribar traía mercancías suyas. Al oír esto, sus hijos mayores se emocionaron, pensando que podrían recuperar su vida anterior. Rápidamente le pidieron a su padre hermosas y costosas ropas, y varias joyas. Felipe, en cambio, le pidió a su padre un libro, ya que había terminado los que ya tenía en casa.

Pero el mercader apenas pudo recuperar sus mercaderías y volvió tan pobre como antes. Cuando no le quedaba mucho para llegar a su casa, se desató una fuerte tormenta de nieve. Estaba muerto de frío y hambriento, entonces vio una lejana luz que provenía de un castillo. Al entrar en él, vio una biblioteca enorme y pensó en Felipe. Pensó en llevarle uno de esos libros, ya que no vio a nadie. Pero el fuego estaba encendido y la mesa llena de comida. Como tenía tanta hambre, no pudo evitar sentarse a comer y se olvidó de la biblioteca. Luego de eso, se sintió tan cansado que en cuanto encontró una cama, se acostó y cayo profundamente dormido. 

Al día siguiente, encontró ropas limpias y una taza de chocolate caliente junto a la cama. El mercader pensó que un castillo así de lindo y con tanta amabilidad debería ser de una hermosa hada. Cuando estaba por irse del castillo, pasó otra vez por esa enorme biblioteca. Recordó la promesa que le había hecho a Felipe y se dispuso a robar uno de esos libros. Justo en ese momento, hubo un estruendo terrible y apareció una enorme bestia.

-¿Así es como pagas mi gratitud?- rugió la bestia.

-¡Lo siento! Yo solo pretendía... es para uno de mis hijos...- dijo el mercade

-¡BASTA! Solo te perdonaré la vida con la condición de que me traigas a ese hijo tuyo del que hablas para que sea mi esposo.-exclamo el animal 

-no, no te enregare a ninguno de mis hijos- dijo el hombre

-osas entrar,comer,dormir y hasta robar en mi castillo y espera que no te pida nada a cambio -rugio la bestia enojada 

-lo siento-dijo el mercander arrepentido 

-te dejare ir pero si no vuelves con uno de tus hijos lo mas pronto posible rastreare tu aroma y te  encontrare y ese final sera mucho peor.

el hombre salio lo mas rapido posible de ese lugar triste y enojado  ya que por su culpa sería probablemente la última vez que vería a uno de sus hijos.

cuando llego  a  su casa  les contó a sus hijos lo que había pasado. Los hermanos de Felipe lo empezaron a culpar ya decirle que lo que le pasó fue su culpa y que era un caprichoso.

-Iré yo- dijo Felipe.

-¿Estás seguro?- le preguntó su padre.

-yo no ire- dijo uno de sus hermanos

-yo tampoco, fue culpa de felipe no nuestra- dijo el otro

-como pueden entregar asi a su hermano, tenemos que buscar otra solucion-dijo su padre 

-esta bien eso no importa, yo seré quien vuelva a ese castillo y entregue mi vida a la bestia- dijo felipe.

la bestia y el belloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora