●HaraPark
●Mpreg
●Peter pregnant
●No sigue el curso preciso de las películas
●Derechos al autor
●Fanfic spider verse
●Spiderman across the spider-verse
●One-shot
●Relación tóxica
●Violencia/insultos
●Ecena sexual
-Tu cuerpo, deseoso, pero muy desc...
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Días, meses, tal vez ya más de un año desde que no ve al niño, lo extraña, pero ese día tuvo una no muy grata sorpresa.
-Como has dicho- Dijo nervioso.
-Miles Morales, tu aprendiz, es la anomalía- Este lo miró con una cara seria
-No...no, me Mientes, Mientes- Decía alterado, trataba de relajarse, pero no podía los nervios no lo dejaban, sentía como los nervios subían hasta casi explotar.
Una abofetada fue dada con fuerza, la mano marcada en su cachete se volvió rojiza, Miguel le proporsiono esta.
-Dios, calmate, y comienza a cuidarte.- Lo miró de arriba a abajo, y resaltaba los defectos de este -Además, tendrás que seguir todo...y si no lo haces, prometere que tu y tu maldito universo queden desaparecidos de la faz de la existencia- Este dijo, con un gran seño fruncido, haciendo que el otro bajara la mirada al suelo.
-No puedo...es como un hijo para mi- Otra abortada fue dada.
-Lo harás, ENTENDIDO?!- Su mirada penetrante lo asustó, asintió de manera rápida, su cachete tenía una mano perfecta y roja.
El otro se dio la vuelta, hasta su escritorio.
-Lyla, manda a una misión a este sopenco y metelo a un gimnasio -
La chica acato órdenes, le dieron un objeto que se lo puso en la muñeca y la olograma lo mando hacia un universo distinto.
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Cada día era más agotador que otro, quería ver a MJ, la extrañaba, no pasaba ni 10 minutos con ella que ya Miguel, enojado, lo mandaba a otra misión.
Su relación se fue desmoronando, Miguel no lo dejaba ni siquiera ir a su universo, no le dejaba comer lo que quería, y cuando le reprochaba siempre le pegaba. Hubo una vez en el que escapó para ver a MJ, Lyla, por obligación, le tuvo que mandar la ubicación de este a Miguel, que al ver donde estaba causó la ira del hombre, apareció detrás de el y lo mando volando a su oficina, dejando a la mujer con miedo, ya que la había mirado con un odio puro.
Ese día tuvo la paliza de su vida, había sido pegado a la pared por la telarañas del latino, el cual no tardó en regresar del portal, le había proporcionado unas cachetadas y un fuerte golpe en su cara, dejándolo con el ojo morado y los cachetes marcados con sus manos.
