Fuera de mi hogar

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Desde niña me han gustado mucho las matemáticas, pero nunca pensé que un simple curso de economía fuera a cambiar mi vida.

Ocho de la mañana y ya estaba empezando a agobiarme.

–Que si mamá.

–¿Revisaste tu maleta? ¿Has desayunado?– me preguntó mi madre desde el otro lado de la habitación.

–Si eh guardado todo y también eh desayunado– dije desesperada tratando de buscar un poco de paciencia– Y tranquilízate que no me voy al otro lado del mundo y su fuera así solo estaré una temporada fuera.

Yo tenía razón solo había un motivo por el cual me iría de casa, me había apuntado a un curso de economía y este quedaba fuera del pueblo, así que no me quedaba de otra marcharme. No podía desperdiciar está ocasión ya que en mi pueblo no había oportunidades de apuntarse a un curso y menos de economía.

La suerte era que mi madre lo entendía ya que ella sabía que para avanzar en mis estudios tenía que salir del pueblo.

–Es que no quiero que te vallas – me dijo con lágrimas en los ojos – Ven aquí y dame un abrazo.

Me levanté de la cama y me acerque a ella que me dió un abrazo casi dejándome sin aliento. Salimos de mi habitación bajando las escaleras para dirigirnos a la cocina donde encontramos a mis dos hermanos peliando por una tostada que quedaba en uno de las platos. 

Ellos ni se dieron cuenta de mi presencia, al contrario de Katherine, mi hermana fue la única que se acercó y me dió un gran abrazo.

Katherine era la mayor de todos, le seguía Tayler, después Kevin y yo, la menor obviamente.

–Prometeme que me vas a llamar cada día de la semana– me dijo  Katherine poniendo su dedo meñique delante de mi cara.

–Te lo prometo.

Ella y mamá me miraban como si no me fueran a ver en toda una vida. Mi padre no estaba en casa, y si estuviera no me prestaría mucha atención ya que era una de esas personas frías que no expresan sus sentimientos y no son para nada amorosas.

Tome la maleta y recorrí el pasillo hasta detenerme en la puerta principal de la casa. Antes de salir mi madre le había dado un grito a mis dos hermanos para que dejarán la comida y vinieran a despedirse. Y sí, los muy estúpidos no se habían ni levantado, más bien su despedida fue una señal de adiós con la mano.

–Aunque no lo creas, te voy a extrañar– me dijo Katherine

–Yo también, no tanto como tú pero lo haré.

Después de despedirme de mamá me subí al taxi que me esperaba, para dirigirme hacia Nueva Orleans.

Había ido por todo el viaje mirando por la ventanilla y escuchando música de Miley Cyrus. Minutos antes de llegar a la ciudad había hablado con el conductor de taxi, al cual le entregué un papel donde mi madre había anotado la dirección del apartamento donde iba a alojarme un largo tiempo.

Al llegar y bajarme del taxi entré a un edificio no muy grande, pero tampoco desagradable. Estaba pintado de un azul claro. Cuando entré por su majestuosa puerta de caoba alcancé a ver las escaleras y un ascensor de por medio. Había una mujer no muy joven parada frente del mismo, parecía estar esperándome

–Hola querida–me dijo acercandose–¿Eres Elli?

–Hola, si soy yo.

–Encantada me llamo Milagros– se presentó– Tu madre hablo conmigo para entregarte las llaves del piso cuando llegarás.

Después de decirme que era mi vecina  y que su apartamento se encontraba al frente, me ofreció las llaves y se marchó con una corta despedida.

Subí al ascensor hasta llegar al cuarto pido. Al entras en el apartamento mi mente entró en tranquilidad, se podía contemplar una pequeña cocina con una barra no muy grande, que desde ella se podía ver la pequeña sala, compuesta por un sofá y dos muebles acompañados de una televisión un poco grande, mi vista se percató en un ventanal de cristal que te podía permitir una vista agradable y daba paso a una terraza, entre la cocina y la  sala había una puerta que daba paso a la habitación, la misma incluía una cama a su lado dos mesitas de noche, escritorio, closet y una puerta que al abrirla descubrí que era el baño.

Después de darme una ducha y poner orden a todo decidí ordenar una pizza barbacoa que llegó cuando estaba hablando con mamá por el móvil.

–Entonces te ha gustado el piso.

–La verdad, no está mal– respondí comiendo un trozo de la pizza.

Y era cierto el piso me había encantado.

–Y mañana que harás.

–Mañana ire por comida a un súper que no está muy lejos de aquí y después comprar los materiales para la clase.

–Veras que todo va a salir bien cariño.

A mi madre si me hacía ilución que estudiara. Mi hermana era profesora de informática en la escuela del pueblo, Tayler se dedicaba al deporte y Kevin trabajaba en un restaurante como mesero en horario nocturno.

–¿Y papá ha pregunta por mi?.

–No cariño, pero sabes que en el fondo se alegra.

–Si eso espero.

Después de hablar con mis hermanos y reírnos por un rato, tome la escusa de que estaba cansada del viaje, digo escusa porque les mentí. No están cansada, solo quería un momento de paz en la noche.

Entre a mi habitación, después de tumbarme en la cama coloque la laptop en mi regazo y pase horas viendo películas hasta quedarme dormida y no notarlo.

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⏰ Última actualización: Jun 10, 2023 ⏰

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