Catalepsia

1 1 0
                                    


¿Alguna vez has tenido parálisis del sueño? Si, esa sensación de que al despertar no puedes mover tu cuerpo, no puedes siquiera gritar. Es una sensación horrible ¿Verdad? ¿Y Si te enseño que hay algo peor?

Vamos, cierra los ojos. No te preocupes, no te voy a matar je, je, je... sólo confía. Eso, muy bien, así.

Ahora, recuerda uno de esos acontecimientos donde tu cuerpo no se mueve. Tu corazón late con fuerza, tu respiración se agita, y puedes mover tus ojos, aunque no puedes gritar o hablar. Lo haces fantástico.

Ahora, corta la respiración por cinco segundo. 1... 2... 3... 4... 5... muy bien. Dame una respiración profunda ahora, llena tus pulmones y expulsa lentamente por la nariz. Magnífico.

Relaja el cuerpo y sigue mis instrucciones. Piensa, sin abrir los ojos, en que no puedes mover tus manos, ni un poco, tampoco los pies, ninguno de los dedos logra temblar. Tu cuerpo está totalmente paralizado, ni siquiera puedes apretar levemente los labios, y los parpados están bloqueados. Tus ojos se encuentran estáticos, aun con los párpados abajo no logras mover tu globo ocular ni una milésima.

Tranquilo, aunque pareces totalmente dormido y rígido aun puedes oír nítidamente todo, es más, pareciera que tu sentido del oído se ha agudizado y mejorado en cuestión de sólo segundos, hasta podrías escuchar caer una aguja en la habitación de al lado. El tic tac del reloj que antes ni escuchabas casi retumba en tu tímpano. El sentido del olfato también se afina espontáneamente, los olores más sutiles llegan a ti como algo irreconocible, hasta el más mínimo cambio es detectado por tus fosas nasales y te preguntas ¿Tu cuarto siempre a olido así? ¿De dónde viene ese olor? ¿Por qué siento mi cuerpo oler de esta forma? Cuestiones tan ligeras y mínimas del día a día que nunca pensaste que existieran, ahora son tan evidentes que casi es como si callera un balde de agua fría sobre tu cabeza. Pero no te angusties, porque aún hay más.

No, No. No abras los ojos, no es tiempo, se paciente.

De tus cinco sentidos sólo tienes tres disponibles, ya te hablé de las mejoras de dos de ellos, falta el sentido del tacto. La mayoría del tiempo creemos erróneamente que "el sentido del tacto" se algo mayoritariamente localizado en las manos, sin embargo, esa es una concepción equivocada y limitada, aunque inconsciente en la mayor parte del tiempo. Justo aquí, con tu cuerpo limitado a tres sentidos y sin la posibilidad de mover ni el más pequeño músculo es donde el sentido del tacto brilla con gran intensidad.

Tu piel siente el más pequeño movimiento del aire circundante, por mínimo y ligero que sea, lo sientes, al igual que los cambios sutiles de temperatura. Puedes sentir la rugosidad de las cobijas y sábana como nunca en toda tu vida; posiblemente la última vez que fuiste tan consciente de tu piel fue cuando eras aun un bebe de brazos que necesitaba de la leche materna como única fuente de alimento. Pero estás aquí ahora, es una lluvia incesante de estímulos nuevos y extraños, si te concentras en ellos en forma experimental quizá sea maravilloso y excitante por lo novedoso y revelador, pero... no olvides algo muy importante, ahora eres un reo y la prisión es tu cuerpo.

Los segundos se sienten como horas, pierdes la noción del tiempo, y aunque intentas luchar para retomar el control de tu cuerpo no puedes, el desespero se hace cada vez más grande pero aun así tu corazón no late más fuerte, tu respiración no se agita, ni tu piel suda. No hay signos de alteración en tu cuerpo por más que tu conciencia está activa y alerta.

No mucho después escuchas que se acercan pasos, puedes escuchar hasta como se roza el metal dentro de la chapa y bisagras. El cambio en el aire que antes ni notabas ahora entra como si fuese una ráfaga de aire polar directo sobre tu piel expuesta y los olores de golpe y sin piedad inundan tus fosas nasales; hay un sobre estímulo, pero tampoco es como que puedas hacer algo al respecto.

Las personas susurran a tu alrededor, tocan tu cuerpo, te mueven, e incluso abren tus parpados pero tus pupilas ni siquiera se dilatan o contraen, nada, absolutamente nada.

Quieres hablar, lo intentas, una y otra vez, cada vez con más desespero, cada vez más angustia. Quieres decirles que se equivocan, que no estás muerto, que aun estás allí, que los escuchas y sientes, que sabes lo que planean contigo, pero... todo es inútil.

Toman tu cuerpo y lo llevan a un lugar frío con olores penetrantes y muy fuertes, sabes dónde estás porque lo has escuchado todo, gente extraña se habla con informalidad entre ellos mientras dicen que posiblemente fue una muerte súbita y te ponen al lado de otros "cadáveres".

Luego, puedes escuchar el sonido de algo como una cierra, lo sabes, sabes que ése será tu fin, ya no sabes si estás angustiado, asustado, enojado, desesperanzado, algo más o todo junto. Luchas para que tu cuerpo reaccione, pero no lo hace. Cada sonido, cada olor, cada sensación sobre tu piel te indica lo próximo que está tu fin.

No pasa mucho para que el sonido escalofriante de una cierra llegue justo al lado de tu oído y si, sientes como la hoja fía toca tu piel y la penetra, el dolor es intenso y ni así logras hacer reaccionar a tu cuerpo. Esto ya lo habían dicho, lo primero a revisar sería el cerebro y cuando tiran de él logras abrir los ojos, pero... ya es muy tarde. Si, Si... y así como yo, ahora tu.

¡Bienvenido a la catalepsia!  


ESTA ES UNA HISTORIA PROPIA, DE MI AUTORÍA. He creado esta historia corta desde su inicio hasta el final. Es más, es una historia basada en dos historias que han pasado en mi familia. Una es la madre, no me acuerdo si fue de mi abuela o de mi abuelo materno, pero sé que este "parecimiento" genético salta dos generaciones antes de volver a aparecer y eso se hizo realidad con mi prima hermana Viviana.  Así que es una historia directamente salida de mis propios miedos, el miedo de vivir lo que mi bisabuela y mi prima hermana, Viviana. Al principio quería contar la historia de mi bisabuela que murió en casa ya que en ese entonces a la gente le inyectaban formol ya que no se hacía una autopsia y fue justo luego de que le inyectaron que ella se estremeció y abrió los ojos, y aun así ni siquiera pudo gritar. Claro, a ella se le "espero" 24 horas para que "despertara". algo diferente de lo que pasó con mi prima en primer grado o prima hermana que ella fue llevada de inmediato a la morgue luego de que los paramédicos la "atendieran" y dieran por sentado que ella había muerto. Como pueden imaginar yo estoy en la "zona de fuego" ya que todas mis primas hermanas y yo podemos "despertar" esa condición en cualquier momento y sin previo aviso... 

CATALEPSIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora