Capítulo I:
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INICIACIÓN.
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Apresuras más el paso, hace cerca de dos horas que oscureció en veinte minutos será el toque de queda y no te dejarán entrar a tu dormitorio.
El campus es aterrador durante la noche y hasta escuchas pasos que te siguen pero al voltear, no ves nada. Aprietas más los libros contra tu pecho y nuevamente apresuras el paso, ya casi parece que corres en lugar de caminar, el viento frío tira tus cabellos hacía atrás y tus zapatos resuenan en la acera.
—Cuidado, bonita—
— ¡Ah!— Gritas sujetando tu pecho y observas a los dos idiotas que se ríen de ti.
—No gritabas tanto anoche en mi cama, Sakura— Murmura el pelirrojo con sorna.
Ni siquiera te detienes a desmentirlo, no vale la pena. Pasas de Deidara y Sasori y continúas tu camino, poco te importa el par de imbéciles que -por desgracia- están en la mayoría de tus clases y que para tener más de veinte años, se comportan como niños de quince.
La verdad que cuando pasaste a la universidad creíste que sería distinta a la secundaria y lo fue, solo que peor. Pues si bien ya en los últimos años de secundaria muchos hablaban del tema sexo, alcohol y drogas, era mucha palabra y pocos actos, cosa completamente distinta en la universidad y admitámoslo, haz ido a demasiadas fiestas universitarias como para negar que el sexo y la droga son moneda corriente allí.
Ya no son niños, ya no son adolescentes que juegan a ser adultos, no, ahora son hombres y mujeres que saben a qué se enfrentan.
Suspiras una vez dentro del edificio de tu fraternidad y por la ventana observas la oscuridad del campus, juras que alguien esta siguiéndote pero eres demasiado obsesiva y de seguro fue tu imaginación.
—¡Frentezota!— Chilla tu compañera de dormitorio cuando pones un pie dentro y observas todas sus maletas ya hechas a un lado de la cama.
—Aún falta una semana, cerda— Murmuras divertida dejando los libros en el escritorio, pero no niegas que hasta tú ya has hecho las maletas para poder pasar los tres meses de vacaciones en tu casa.
—Lo sé, lo sé, pero ya quiero volver a Kioto— Murmura la rubia —Te ves pálida—
—No es nada—
Ella solo se encoge de hombros y continua armando la maleta, en una semana las clases terminan y volverás a Kioto con tu familia.
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A la mañana siguiente te levantaste muy angustiada y agitada, no sabías a que se debía eso pero tenías un pésimo presentimiento, Ino te grito desde el baño que se hacía tarde y ambas caminaron por el campus al edificio principal.
—Mira, allí está tu novio— Se burlo Ino señalando al azabache con la cabeza.
—Cállate— Murmuraste sonrojada.
Allí a unos cuantos pasos se encontraba Sasuke Uchiha, lo conociste a principio de año, cuando realizaron los grupos de integración, te había tocado con él y un rubio hiperactivo, te sentías sumamente atraída hacía él y sabías que no eras la única, pero no podías olvidar que él era el hermanito pequeño de tu peor pesadilla.
