METAMORPHOSIS | JOEL MILLER [TERMINADA]

03. LA NIÑA

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La vida después del cordyceps era más difícil de lo que parecía. La única regla siempre sería sobrevivir, costara, lo que costara.

— ¿Puedes dejar de vender esa mierda? — preguntó Olivia al ver a un agente de FEDRA alejarse de Joel.

— Mierda, Olivia, me provocarás un infarto.

— Eso sería algo bueno, ¿no? — ante la mirada fulminante del mayor, Olivia borró todo rastro de sonrisa — Pero en serio, no me gustaría mirarte ahí.

Joel hizo una mueca, puesto que ambos habían presenciado el "juicio" a quienes violan las leyes.

— ¿Tienes lo que necesitas? — preguntó este  mirándola a los ojos.

— Claro que sí, ¿por quién me tomas? — preguntó ofendida, algo que, hizo reír al peliblanco y algo que sin duda, había marcado a Olivia.

— Bien, necesitamos reunirnos con Tess...

— ¡Oh, Tess! — Joel no pudo pasar desapercibido aquella reacción.

— Sí, alguien robó la batería y se desquitaron con ella.

— ¿Qué, se encuentra bien? — el peliblanco asintió. Tal vez Olivia no se llevaba bien con Tess, por evidentes razones, pero no podía evitar preocuparse. Algo que sin duda caracterizaba a Olivia.

— Sí, ella se encuentra bien — afirmó.

Un silencio incómodo se apoderó del ambiente, Olivia miraba hacia todos lados, intentando encontrar algo entretenido, sin embargo no hallaba algo interesante.

— Hola, perdón por la demora — la rubia escuchó la voz de Tess.  No pudo evitar mirar la cantidad de golpes en su rostro.

— ¡Mierda, Joel! Eso no es estar bien — le regañó — ¿Si quiera esto está limpio? — preguntó con evidente enojo al acercarse.

— No me culpes — comentó irritado — Yo no solía curar mis heridas...

Aquello provocó que Olivia lo mirara por unos momentos, antes de rodar los ojos y centrarse en Tess. La castaña se alejó de ella.

— Sé que no te caigo bien. Pero si no curamos esas heridas, se infectaran — Tess lo meditó por unos segundos antes rendirse
— para la próxima, si quieres sobrevivir, aleja tus heridas de Joel — comentó al finalizar de curarla. Este bufó ante ello, sin embargo, no había podido evitar quitar la mirada de ambas.

La delicadeza y el tiempo que Olivia se tomaba, le resultaba un acto encantador.

— Entonces, vamos por la batería — mencionó la rubia con falso entusiasmo. Joel no pudo evitar sonreír y lo seguiría haciendo de no ser por Tess, quién lo miraba con extrañeza.
Aún con el paso del tiempo, Olivia aún conservaba aquel sentido del humor que le gustaba.