Heart Twins | RK

Preludio

—¡Vamos, tú puedes, sólo puja! —apuró la partera al oír los fuertes golpes en la puerta principal— ¡Nos va a descubrir si este bebé no sale de una vez!

La contraria sólo asintió, con la frente llena de sudor, mientras hacía un esfuerzo más por pujar. Trataba de no soltar ningún grito ante el terrible dolor que se concentraba en su zona pélvica.

Sollozó de nuevo mientras volvía a pujar, sintiendo como si se partiese en dos. La sangre empezó a manchar las sábanas debajo de la futura madre y sólo pudo soltar un alarido ahogado.

>>Te has rasgado. —informó la partera— pero debes seguir pujando hasta terminar con esto de una vez, de lo contrario él nos matará a ambas.

Con más lágrimas en los ojos, pujó por última vez, sintiendo por fin cómo la partera tomaba al bebé de los hombros y la sacaba de su interior, cortando su cordón umbilical.

>>Es una niña.

La pequeña entonces lloró dos segundos antes de que la partera la acallara, envolviéndola con una gruesa manta. Observó a la débil mujer frente a ella con lástima, antes de que se escuchase un estruendo, pues la puerta principal había sido derrumbada.

La partera abrió mucho sus ojos con profundo miedo y entonces, mirando a la mujer frente a ella con pesar, como pidiéndole perdón con sus ojos, se marchó de aquella casa por la puerta trasera.

—N-No... ¿Q-Qué haces? Mi bebé... No te lleves a mi Chae-AH...

La débil mujer balbuceaba sin fuerzas antes de sentir otra contracción. ¿Qué estaba sucediendo? Se sostuvo fuertemente de las sábanas mientras escuchaba pasos en el primer piso.

Abrió más sus piernas mientras pujaba más fuerte que antes y con intervalos de descanso más cortos.

Después de unos breves minutos en los que los pasos se acercaban al segundo piso, donde estaba ella, pudo divisar los hombros del otro bebé. Así que, con todas las fuerzas que le quedaban y al sentir los pasos horriblemente cerca, tomó al bebé de sus hombros para sacarlo de su interior, cortar rápidamente el cordón umbilical, envolver al bebé en con la manta más cercana y esconderlo debajo de la cama, justo en el instante en que la puerta se abrió con un gran estruendo.

Un hombre de treinta y tantos años entró con expresión furiosa observando a la mujer con desprecio.

Escrutó la habitación con minuciosidad, deteniéndose en las sábanas manchadas con sangre debajo de ella. Con un gruñido, la tomó del cuello con fuerza.

—Ya sé que no es mío, maldita puta. —le habló entre dientes— Se lo han llevado, ¿no es así? Al bebé, se lo han llevado.

El silencio de la mujer, quien tenía su rostro rojo ante la presión que ejercían las manos de aquel hombre en su cuello, lo hizo enfurecer y no dudó en propinarle un duro golpe en el rostro.

—¿Por qué me haces esto, Yeonha? Yo te amo —el hombre haló sus cabellos con desesperación.

—Yo no... —él volvió a propinarle otro golpe.

—¡Cállate! —la tomó del cuello de su camisón y sacó una pequeña navaja de su bolsillo— Si no eres mía, no serás de nadie.

Y con eso, cortó el cuello de la mujer sin piedad observando cómo la sangre emanaba del corte a borbotones.

Pero entonces en ese momento se empezaron a escuchar sirenas cerca de la casa y el agudo llanto de un bebé.

El hombre ni siquiera había escuchado lo segundo al estar tan asustado de que la policía estuviese tan cerca de su casa.

Salió sin más por la ventana, huyendo por los huertos descaradamente.

—¡Policía de Seúl! —gritó un oficial al entrar a la habitación luego de un par de minutos.

Lo primero que observo fue el cuerpo sin vida de una mujer con un gran corte en el cuello del cual aún brotaba sangre. Seguidamente pudo oír con claridad, ya fuera de la conmoción, el llanto ahogado de un bebé, que complementaba la tétrica escena.

>>Encontré un cuerpo y al parecer un bebé recién nacido, segundo piso, tercer cuarto a la derecha. Cambio. —comunicó por su radio.

—Iremos de inmediato, compruebe el estado del infante, oficial. Cambio y fuera. —se oyó una respuesta de inmediato.

Se agachó para observar debajo de la cama, la fuente de aquel llanto y donde un bulto de sábanas se movía con desesperación. El oficial lo tomó hasta sacarlo de su escondite, retirando las sábanas con cuidado y encontrándose a una niña recién nacida llorando con ímpetu. El policía la acomodó en sus brazos con pesar, hasta que ella por fin se durmió justo cuando llegó su compañera a echarle un vistazo a la escena del crimen mientras llamaba a los forenses.

El oficial volvió a envolver a la pequeña con las mantas, esta vez dejando su rostro descubierto.

Sintiendo una sensación desagradable en su pecho por lo que aparentemente acababa de pasar, observó la mesa de noche al lado de la cama, donde una pequeña pulsera de oro descansaba. El oficial la tomó sin que su compañera se diera cuenta, ya que se suponía que no debía perturbar la escena del crimen antes de que llegaran los forenses si no era para rescatar a un ser vivo.

"Chaeyoung" estaba grabado en su dije rectangular.

El oficial suspiró.

—Siento que las cosas hayan resultado de esta manera, Chaeyoung. Pero te prometo que las cosas mejorarán —susurró, apretando a la pequeña contra su pecho.

Esa noche de febrero fue la más fría que se hubiese recordado jamás.

NA: Encontré esta parte de Heart Twins en una parte de mí celular jsjs entonces se me ocurrió retomar la historia. Lastimosamente esta fue la única parte que encontré :( así que deberé reescribirla. Aprovecharé para cambiar algunas cosas, por lo que si alguno leyó esta historia antes de que se eliminara, quizá note los cambios y es por ello jsjs si pueden comentar si les gusta la idea, estaría muy agradecía y motivada para seguir. Gracias ♡