「 Entre pétalos e ilusiones. 」🌼「 Zhongchi 」

┊⿻ [Capitulo 1]

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Era un día común y corriente para la vida de Ajax, onceavo heraldo de los fatui, mejor conocido como "Tartaglia" o "Childe", sea como sea que le llamaras, él seguía siendo la misma persona con casi todo el mundo. El de cabellos naranjados estaba perdido en sus pensamientos, mientras estaba sentado en su despacho ubicado en el Palacio Zapolyarny; jugaba con un lápiz rodándolo por lo que era la mesa de aquella gran oficina donde el heraldo pasaba gran parte de su tiempo.

Unos suaves golpes llamaron a la puerta de Ajax, golpes que hicieron que aquel muchacho pusiera los pies en la tierra nuevamente. El chico se levantó de su silla y dio unos suaves pasos para abrir la puerta personalmente, al abrirla simplemente vio uno de los miembros fatui de jerarquía más inferior, un súbdito, quien hizo una especie de reverencia, y sin decir ni una sola palabra le entregó una carta que tenía en sus manos. En cuanto Ajax agarró aquella carta, el fatui de menor rango se retiró de la escena.

Childe cerró la puerta de su despacho y abrió la carta, el sello de lacre que aseguraba la confidencialidad de aquella carta era en forma de una máscara, significando que era una orden directa de "El Bufón", primer heraldo y, por lo tanto, su jefe directo. Sin mucho cuidado, quitó el sello de lacre del sobre, rasgandolo y casi rompiendolo por completo, pero eso a Ajax le importaba mucho menos que nada, al agarrar el papel que venía al interior de esta, el joven rodó sus ojos al ver la longitud del primer párrafo. Pierro, su jefe, acostumbraba a dar introducciones largas en aquellas cartas que probablemente fueran pedidos que le harían ganarse uno o dos grandes problemas. Dejó salir un suspiro pesado, saltándose el primer párrafo para ir directo al grano.

ㅡ«La presente carta es para informarte el hecho de que mañana mismo a primera hora deberás partir en camino a Liyue...»ㅡ Ajax interrumpió la lectura de aquella petición y alzó ambas de sus cejas, ciertamente intrigado. Se le hacía bastante extraño que Pierro le pidiera nuevamente volver a Liyue, pensaba que lo único que podía ofrecer Liyue era la gnosis geo, que anteriormente él y La Signora habían obtenido con éxito. ㅡ«... Con el motivo de que irás personalmente a encargarte de la financiación y negociación de uno de nuestros próximos proyectos, proyecto que se llevará a cabo en La Sima. Para la ejecución del proyecto, el Equilibrio Celestial nos ha pedido a nosotros los Fatui un representante oficial que se haga cargo de todo el proyecto, y te hemos elegido a ti por tu buena habilidad para comunicarte con los lugareños... Y también porque Pantalone está muy ocupado para encargarse personalmente de ello. Espero tu colaboración, la información de todo el proyecto te llegará en cuanto pongas el primer pie en Liyue. Formalmente, Pierro. »ㅡ

Tartaglia terminó de leer la carta y simplemente dejó soltar un suspiro, tenía planes de ir a Liyue, pero no ahora, prefería ir a Morepesok a ver a su familia nuevamente, el mes pasado no había tenido la oportunidad de ir a ver a sus hermanos por el mismo motivo, una misión... « Órdenes son órdenes. » pensó para después dejar la carta en su escritorio y salir a dar una vuelta por los pasillos de aquel palacio, pasillos blancos con tonalidades azules hechos de mármol donde el frío consumía a cualquiera que caminará por ellos.

Llegó al jardín del palacio en donde empezó a seguir el camino principal que había en este, había muchas partes cubiertas de nieve, pero también había algunas partes de color verde, dando un hermoso contraste y resaltando muchísimo en aquel grisáceo y frío lugar. Al final del camino, había un grande y majestuoso pabellón de hierro color blanco, el cual en su interior albergaba un precioso cultivo de margaritas y una banca que daba a todo el horizonte, donde se podía apreciar toda la nevada ciudad.

El sol se ponía, y Ajax se sentó en aquella banca a apreciar el paisaje... El paisaje que tanto adoraba y admiraba. A veces volteaba su mirada hacía las margaritas que lo rodeaban, a su parecer era una de las flores más bellas, y su significado realmente iba de la mano con su pensamiento sobre la planta. Las margaritas son un símbolo de belleza e inocencia, un símbolo de pureza y lealtad. Una flor simple, pero poderosa.