*U N O*

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–¡Vamos NamJoon! ¡Mátalo, mátalo!
El público me alentaba a ir más allá, pero por algún motivo, mis piernas fallaban, golpeaba con mis fuerzas, pero al parecer no era suficiente, pues el público estaba molesto.
Dos golpes cruzaron mi cara...Mierda. Por poco y me caigo al suelo.
–¡NamJoon, acabalo muchacho!
Ya me comenzaba a molestar de verdad, bloqueé dos golpes fatales, y con todas mis fuerzas, arremetí un golpe en su cara, que lo tumbó de espaldas al suelo, intentaba levantarse, pero no pudo, pues le había dado en el ojo desorientándolo por completo.
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Él enserio intentaba por todos los medios levantarse, pero yo le había dado un buen izquierdazo.
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No te levantes... No te levantes.
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–¡Estás fuera, Hyujin!
Gracias papá Dios. Pensé estúpidamente.
El referi levantó mi mano en señal de triunfo y algunos me abucharon, era un don nadie que acaba de derrotar al peleador estrella local. Cuándo baje del ring, los abucheos seguían, solo quería mi plata e irme a casa, pero era jueves y tenía que hacer otro...trabajito en los muelles.
Caminé hasta los casilleros, al llegar, me senté un poco adolorido, los músculos comenzaban a enfriarse y el dolor aparecía poco a poco, limpié el sudor de mi frente y me quité las cintas de las manos; Hyujin, entró con ayuda, lo colocaron en una sucia camilla y le dieron un trozo de carne congelada para que desinflamara el bulto que tenía por ojo.
Era el mejor puñetazo que había dado en mi vida como boxeador.
– Kim... tuviste suerte.
–Supongo– me encogí de hombros. No quería ser arrogante tampoco, pues capaz y si había sido suerte.
Y antes de que él me dijera algo más, entró el referi con nuestro dinero.
–Para el perdedor, 65$, menos impuestos, toallas y agua caliente, menos renta de ring:21.45$
–Para el ganador– se acercó y me tendió los billetes– 123$ menos impuestos, toallas y agua caliente, menos renta de ring: 40.59$
¿Injusto,cierto? Pero así era él, siempre se llevaba el 33% de nuestras ganancias con la excusa de los impuestos y la inflación, además del inexistente impuesto por alquilar el ring, las toallas y el agua valiente. Es una rata, pero así era este deporte si lo hacías callejero.
Apuesto a que los profesionales no le cobran algo tan estúpido como el agua caliente.
Con molestia, guarde el dinero en la cartera y procedí a vestirme, estaba sudado y apestaba, pero no iba ducharme aquí otro día más. Tome mis cosas y salí de ahí, se me hacía tarde para llegar al muelle y aún tenía que pasar por la tienda de animales.
Sonriendo practicaba mentalmente mi nuevo chiste para él, hoy si le sacaría una sonrisa.
Estaba a punto de llegar al muelle, cuando vi al deudor cruzar la calle con rapidez. Hoy no se escapaba.
-¡HEY!- corrí tras de él, el tipo despavorido se metió a un callejón sin salida, yo había llegado cuando intentaba por todos los medios saltar la reja.
Lo tome de la chaqueta y lo estampé contra un contenedor de basura, al incorporarse, lo volví a estampar, esta vez contra la reja que él, segundos antes, intentó saltar.
–Tony te manda saludos, y quiere que le pagues hoy su dinero, ya no puede esperar más.
–Estoy quebrado NamJoon.
–Ese no es mi problema, muchacho, son 300$ para ya.
–No tengo nada, por favor.
Mire al pobre diablo y sonreí.
–¿Acaso parezco estúpido? Hoy es quincena Mark, así que o sueltas la plata, o te quiebro la mano.
Con fuerza soné uno de sus dedos, no se llegaron a fracturar, pero uno de los nudillos se dislocó de lugar. Mark gritó de dolor.
–Toma la...cartera– apenas y podía hablar del dolor –toma la cartera de mi bolsillo, y ve por ti mismo, no tengo el dinero completo, Tony no es el único a quien le debo plata.
Solté una de sus manos, pero lo inmovilicé con mi otro brazo colocándolo en su cuello, tanteé sus bolsillos y saqué su cartera, la abrí y vi solo 250$, tomé el dinero soltándolo.
–Aún le debes 150$ la próxima semana será el último cobro, por tu bien y por el bien de tus dedos  Mark, ten el dinero.
–NamJoon por favor, toma mi chaqueta como pago adelantado, vale 78$
–150$ la próxima semana, Mark.
Me alejé de él con rapidez, pues comenzábamos a llamar la atención, además de que el señor Tony y la tienda de animales me esperaban.
Baje unas cuantas cuadras al sur, hasta que vi el auto, sin pensarlo abrí la puerta y subí a él, su chofer arranco enseguida.
–¿Cómo te fue?
–250$– Le tendí los billetes–la próxima semana, te tiene los 150$
–¿Le quebraste la mano?
–Le disloqué un nudillo.
–Nam, Nam...para la próxima, quiébrale la mano, date a respetar y dame a respetar.
–Si señor Tony.
– Este domingo tienes una colecta más, Joseph del río, me debe un montón y ya he sido bastante paciente– Tony prendió su tabaco y yo me dispuse a escribí su nombre en mi libreta, pero...
–¿Cómo se deletrea Del río?
–¡Por Dios, NamJoon!–se burló el chofer–maricón y analfabeta, eres toda una joya.
–¡REPITE ESO SI TIENES HUEVOS!– Lo jale del cuello de la camisa y él casi pierde el control del volante.
–¡CABALLEROS, POR FAVOR!– El jefe como pudo nos separó– Tu paga NamJoon– Me tendió mis 110$, el chofersucho frenó cerca de la tienda de animales y yo me bajé.
–Hasta el Domingo, NamJoon– se despidió Tony con aire paternal.
– Hasta el Domingo, señor T.
–¡Adiós, maricón!
–¡Pero bájate imbecil!– patee el auto y él simplemente aceleró riendo.
Respire hondo varías veces, pues no podía presentarme así frente a él... ahora lamento no haberme duchado.
Caminé un poco y con nervios, mire a través del cristal y ahí estaba, colocándole comida a los gatos, sonreí casi con alivio, pues él aún no se había ido, a pesar de que su turno había terminado hace unos minutos.
Ignore el letrero de cerrado, y entre haciendo sonar la campanilla, YoonGi se sobresaltó y yo sonreí cuándo me miro directamente, sus mejillas se tornaron completamente rojas y miró de pronto hacia otro lado.
–Ya está cerrado, señor Kim.
Mi corazón se aceleró y contuve el impulso de morder mi labio inferior. Aunque ese siempre era su saludo.
–Me di cuenta, solo pasaba a saludarte y contarte otro chiste– Y esa era siempre mi respuesta.
Su cara por imposible que pareciera, se tornó aún más roja. No dijo nada, así que me acerqué a él, pero me esquivo y se fue detrás del mostrador, acción bastante frecuente; Aspiré un poco el aire...Demonios como me encantaba su perfume. Lo encare y él fingía arreglar los ya arreglados botes de comida enlatada para gatos.
– Yoongi ¿Sabes por qué un profe de música tiene una escalera?–Pregunte con una sonrisa sin perder el tiempo
–No ¿porqué ?– preguntó suavemente extrañado, mirándome de reojo.
–Para llegar a la nota más alta.
-¡Oh Namjoon, ese fue terrible!– Exclamó Dara, la jefa de Yoongi con una sonrisa. Yo la miré avergonzado y luego vi a Yoongi, quién apretaba los labios.
–¿Enserio?– en mi cabeza sonaba estupendo...diablos, debo parecer imbecil.
–Vamos NamJoon, agarra lo que necesites y vete, tengo que cerrar. Algún día lo juro, tendrás que pagar por esas cosas.
Ella nunca decía enserio eso último , más bien ella me regalaba cosas de la tienda de animales, pues yo protegía la zona de los del barrio contrario, ya que cualquier trabajador de Tony, más los "Contadores" como yo, tenía respeto y era considerado como la policía del barrio. Y como toda policía, casi nadie nos quería.
–Yoongi, me das otra lata de comida para tortugas, ya casi lo tengo en cero.
Él rápidamente cogió una lata y la colocó en el mostrador, yo fui más veloz y le tomé la mano.
–Gracias– Le sonreí mostrando mis hoyuelos.
El quito la mano rápidamente y me dio la espalda.
Suspire frustrado, me despedí a voces y me fui, solo deseando que por una vez, dejara de quitarme la mirada.


(Que mejor manera de celebrar mi regreso en el mes gei con una historia gei)

"NamJoon"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora