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Los días siguientes a la partida de Daniel, pasaron como los años a una persona ajetreada, sin darnos cuenta.
Eran las cinco de la mañana de un domingo de diciembre, el 22 para ser exactos. Cuando un ruido ensordecedor retumbo en el silencio de una habitación, desperté exaltado con el ruido, tarde segundos en reaccionar para darme cuenta que era mi habitación, y otros segundos para descubrir que era mi móvil, renegue en mis adentros maldiciendo el nombre de quien los creo, ese pequeño dispositivo, aveces más grande que la palma de nuestra mano que nos consumía tanto tiempo. Era una llamada, con un ojo entre abierto mire quien llamaba a esas horas de la mañana, era Daniel, conteste para decirle un par de cosas, no necesariamente amigables, cuando me gano el duelo -abrime, estoy afuera- colgó. En ese momento mi enojo por quien me había levantado forzosamente fue disipado, y de un salto me levante de la cama, recorri como un zombi el largo pasillo de mi habitación a la puerta de entrada, abrí la puerta, Daniel me recibió con un abrazo yo no despegue mis manos del marco, no era muy afecto a dar muestras de cariño como él, un taxi bajaba sus maletas y las dejaba en el corredor, pago el taxi y entramos a mi habitación, me deje llevar por la tracción de gravedad que producía mi cama, dejándolo a él en la puerta, con las únicas palabras producidas por mis labios - be al cuarto de a lado- ignorando mi orden se quitó los zapatos y se acostó en mi cama -tengo algo para contarte. Se notavaba la emoción que producieron sus palabras - ya me lo contaras mañana, ahora sólo quiero dormir, mañana prestare la atencion que merece tu noticia - que ¡no.! Que me aguante muchos días, y ya no puedo callarlo más, volví con Ariel. En ese momento sentí una inyección de adrenalina corriendo por mi cuerpo, me hizo abrir los ojos como platos, el sueño que tanto quería conservar, había sido despojado por esa noticia. Ariel casi fue el verdugo de Daniel, era su exnovia y por la noticia que me daba, ya no se correspondía a ese título. Él fue su primer novio y ella, fue la primera en desordenarle la vida, él se enamoró profundamente de ella y ella de él, era un amor mutuo, correspondido a ciegas, invencible al paso del tiempo o almenos, así se les pintó al principio, esa relación duro año y medio contando las las idas y venidas, los momentos buenos y los altibajos. Él era como loco por ella, quería casarse a la tierna edad de 17 y como yo era el más sercano a él, vinieron a pedirme mi bendición y aprobación a semejante locura, rotundamente me negué y él se molesto, semanas depues ella lo engaño y terminaron fatal, tan mal, que afectó a su salud de una manera trágica, él cayó en depresión y se le subía la presión a niveles exagerados por culpa de sus fotos y estados que subía a las redes sociales, tanto asi que un día tuvimos que llevarlo de urgencias porqué su presión alcanzó los 190 y los médicos dijeron que a raíz de eso tendría problemas de corazón toda la vida. Y ahora el llega, con la noticia que volvió con ella con ¡ella..!
El enojo que creía disipado volvió a mi con más fuerza, -¿¡estas loco!?- grite y mi grito fue exparsido y maximizado por las ondas de sonido en esa tranquila de la madrugada- no grites, shh vas a despertar a mamá (mi tía abuela) y ella me dijo que me amaba y que lo sentía mucho y que fue una estupidez por su parte.-bueno ella cometió esa estupidez, tú has cometido otra, como puedes ser tan idiota- se lo dije con un tono de desprecio
-pero yo la amo
-¡¡el amor no existe!!, deja de creerte los cuentos de adas y esa tonterías que te venden en las películas, sólo te acostumbraste a ella y nada más
-¡Lo que sea!, lucharé por ella con todas mis fuerzas
-Avísame cuando acabe en fracaso- me levante y lo miraba con desprecio, lo dejé sólo con sus pensamientos, me fui a correr a una plaza no muy lejos de mi casa ya no tenía ganas de dormir.

Vuela libre, Marina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora