Extra: hopev.

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El omega de cabellos rojos paseó por los largos e interminables pasillos de la empresa que su esposo había empezado, junto a sus mejores amigos. No había tenido intención de molestar el trabajo de su alfa, pero se sentía solo en casa, sin sus hijos dentro. Habían estado a su lado por tanto tiempo que ahora le parecía casi irreal que ambos estuviesen casados y formando su propia familia.

Junghyun ya tenía un hijo con su, ahora esposa, y había ocasiones en las que visitaba a sus padres y llevaba a su pequeño hijo con ellos. Era una ternurita y se parecía mucho a su padre, salvo por el cabello castaño claro que había heredado de su madre.

Por otro lado, estaba su pequeño Jiminnie, quien ya tenía tres meses de embarazo y vivía junto a su alfa lejos del centro de la ciudad. Había sido una verdadera sorpresa enterarse de aquello, pero una enorme alegría para ambas familias. Por supuesto, su hijo se veía fantástico, el embarazo no había hecho más que acentuar su belleza y le daba un aire de ternura que tenía a su alfa muy contento. Taehyung los ayudaba en todo lo que pedían y les daba consejos de vez en cuando para sobrellevar el embarazo.

Se sentía feliz por su familia y por sus hijos, pero no dejaba de extrañar a sus pequeños cachorros, los cuales corrían por su casa y pedían abrazos y mimos de sus padres.

Se mantuvo nostálgico hasta que llegó a la oficina de su pareja. Era una habitación grande, con varias de las pertenencias de su alfa en el interior, además de equipos de sonido, algunos instrumentos y varios accesorios que a Hoseok le gustaba.

Abrió la puerta con cuidado para no ser descubierto, encontrándose a su alfa con los audífonos puestos y tarareando una de las canciones que se reproducían en la pantalla. Esperanzado con que su aroma no llegue a delatarle, cerró la puerta con cuidado, caminó despacio hasta colocarse detrás suyo, y cubrió sus ojos.

— ¿Tae? — preguntó al instante, en cuanto sintió las manos de su pareja.

— ¿Cómo supiste que era yo? — el mayor se sacó los audífonos y se puso de pie para abrazar a su dulce omega.

— Es imposible no reconocer tus manos, Tae — besó su frente con una sonrisa —. ¿Por qué no me dijiste que venías? Pude mandar un guardaespaldas para ti.

— Quería darte una sorpresa — respondió con una sonrisa — me sentía solo en casa y quise venir a verte.

Hoseok sonrió y reclamó los labios de su pareja, los cuales no había podido probar los últimos días. El trabajo estaba teniéndolo muy ocupado, estaban realizando un álbum para uno de sus artistas y era su deber monitorear que todo fuese bien y tener todo listo antes de confirmar el día de su comeback.

Tan ocupado estaba que no se había dado cuenta del sentimiento de soledad que su omega estaba sintiendo. Casi se abofeteó por aquello, pues siempre habían permanecido juntos y estar separados ahora era algo casi extraño.

— H-Hobi...

El mayor rápidamente atacó el cuello de su pareja, sintiéndose orgulloso de ver que su marca aún se posaba en la curvatura de su cuello, a pesar de los años. Viendo a su Taehyung, se daba cuenta de que los años le pasaban tan lento que no dejaba de verse hermoso. Su fino cuerpo y su hermosa sonrisa, la cual terminó cautivándolo desde el primer momento, sus manos, sus ojos, todo continuaba como años atrás. No existía imperfección en el menor que no conociera y amara.

— Han pasado tantos años, Tae — comentó con una pequeña sonrisa — y sigues viéndote tan hermoso como el primer día.

— N-No digas esas cosas — se sonrojó al escucharle decir aquello. A pesar de los años, seguía sonrojándose por las palabras de su alfa — tú también te ves guapo como el primer día. No pude escoger mejor alfa que tú.

I want it, I got it ; kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora