Deep Purple ⊰Rubegetta AU⊱

⊰3⊱

La luz del Sol atravesó sus párpados, despertandole de un profundo sueño. Podía sentir arena bajo su piel y ropas húmedas que olían a agua salada.
El humano despertó de golpe, sentándose rápidamente.
Estaba en una playa. Totalmente solo. El tritón había desaparecido.

Sintió una pequeña punzada de nostalgia y apretó entre sus dedos la tela de su camisa. Algo colgaba de su cuello y era frío al tacto de sus dedos. Lo sacó de debajo de su camisa para inspeccionarlo, viendo que era un collar con una escama morada por dije.
Ruben trató de quitarselo, para observarlo mejor, pero una fuerza invisible le impedía sacarlo por encima de su cabeza. Era como magia. Entonces dejó de tratar de quitárselo y sonrió.
El color le recordaba los ojos de la criatura. Los ojos de su tritón.
Suspiró y se puso de pie, mirando el mar. El viento movió su cabello y cerrando los ojos susurró su nombre.

-Vegetta...

⊰◇⊱

Años después...

Brayan estaba sentado en una roca, mirando la luna ser rodeada de un halo luminoso. Era una noche especial. Su padre lo había llevado a la playa.
Una vez más le había contado la historia de su origen y como cada noche desde que se mudo para a vivir cerca del mar, regresaba a éste mismo punto en la playa.
Siempre que terminaba de contarle la historia, su padre caminaba y se adentraba un poco en el agua. Entonces su collar brillaba, indicando que el tritón estaba cerca. A lo lejos, el leve resplandor de la escama morada le avisaba de la cercanía de su padre. Ruben sonrió aún más ante esto.

El humano menor miró hacia atrás. Hacia la casa de playa donde ahora residía su padre. Era algo lujosa, pero no exagerada. Perfecta para un hombre en sus treintas. Perfecta para su padre. Era un lugar privado y alejado.
A unos metros pudo escuchar ruidos de chapoteo que anunciaban la llegada de su madre. Sonrió y continuó viendo la luna reflejarse en las olas suaves.

Pasaron varios minutos y Brayan un poco exasperado rodó los ojos y sacudió la cabeza. Sacó el celular de su bolsillo y miró la hora después de un largo tiempo. Ya habían pasado veinte minutos y sus padres aún seguían en lo mismo. Se podían escuchar leves gemidos y chapoteos distantes. Siempre pasaba lo mismo.
Entonces escucho como se alzaba una voz.

-Ya Ruben. Sueltame un rato y dejame ver a mi hijo!

-Que impaciente eres Vegettita.

Brayan escucho un chapoteo cercano y un momento después, su madre estaba a su lado.

-Deja que te vea bien. Estas más grande que la última vez y eres más guapo-le dijo Vegetta en un tono alegre, tomando por las mejillas al pequeño. Realmente lo extrañaba.

Brayan era el unico descendiente de Vegetta, que habia nacido de su unión con  Ruben. Había sido cómo un regalo del mar. Un niño humano que le había dado amor incondicional a lo largo de su aún corta existencia.
Vegetta sabía que su pareja viviria más que un humano normal gracias a su magia, pero un día moriría. Era natural. Aun así estaba agradecido por todos los momentos que compartían como familia. Pero Brayan se quedaría con él varios siglos más. Aunque por ahora, tenía a ambos a su lado.
Le dió un beso en la mejilla a su hijo y sonrió. Apoyando sus frentes juntas mientras Ruben se acercaba a ellos.

-Vé adentro. Yo ire con papá-le murmuró dulcemente a su hijo.

El niño asintió. Los dejaría solos por un tiempo y volvería cuando terminasen.

-Traeme unos dulces cuando regreses-le sonrió Vegetta volviendo con Ruben.

Brayan se fue sonriendo a la casa playera. Estando dentro, se puso cómodo y sirvió un tarro de caramelos en la cocina. Mirando por la ventana, vio a las dos siluetas. Una pareja, haciendo el amor sobre la arena, como cada noche desde hacía siglos...

⊰FIN⊱

Holis. Si llegaste hasta aquí, muchas gracias. Espero que te haya gustado esta pequeña historia que salio de mi mente retorcida. Les invito a pasarse por las demás en mi perfil si gustan.
Nos leemos en otra y que viva el Rubegetta ૮(˶•ω•˶*)ノ