𝐰𝐢𝐧𝐧𝐞𝐫 𝐭𝐚𝐤𝐞𝐬 𝐚𝐥𝐥┃messi

V

Leo se queda boca abajo en la cama mientras Karim se va, pero su agarre en las sábanas se relaja cuando escucha que la puerta se cierra. Cristiano está claramente enojado, ya que murmura algo imperceptible en portugués y patea algo en el suelo. Pero luego la habitación vuelve a estar en silencio, ahora vacía a excepción de ellos dos. El silencio crece, y el único sonido que escucha Leo es el latido de su propio corazón mientras trata de calmarse.

No puede dejar de temblar.

Él no sabe que empezó. Pero está temblando de verdad, su cuerpo se estremece contra la cama mientras sus nervios se niegan a cooperar con él. En cambio, se enfoca en su respiración, algo que puede controlar. Su cara está aplastada contra el colchón y lo levanta ligeramente para que pueda tomar aire más fácilmente. Se lame los labios, saboreando la sangre donde mordió para no gritar. Algo de eso está manchado en las sábanas debajo de él.

Por supuesto, está lejos de ser la única mancha.

A él no le importa de todos modos.

El colchón se mueve y cruje cuando Cristiano se sube a la cama junto a él. Agotado, Leo permanece donde está mientras Cristiano pasa sus manos lentamente desde los tobillos de Leo hasta las pantorrillas y los muslos. Hacen una pausa allí por un momento antes de continuar hacia su trasero.

Leo se estremece reflexivamente, apenas perceptible en medio de su temblor, al recordar el toque de Iker.

Y la de Isco.

Y el de Karim.

Pero... los dedos son suaves.

No es que Leo realmente debería haber esperado algo diferente.

Las manos de Cristiano se mueven suavemente sobre la piel enrojecida y el moretón manchado que ahora se está formando. Hay algunos murmullos en portugués cuando su toque viaja a la parte baja de la espalda de Leo, con dulzura, y es un peso reconfortante cuando los temblores de Leo finalmente disminuyen.

Mientras Leo respira hondo un par de veces, la gran mano de Cristiano se apoya en la nuca. Persiste, el calor irradiando hacia los músculos tensos de Leo, calmándolo mientras continúa ralentizando su acelerado corazón. Leo se siente como toda una vida, pero sabe que son solo unos momentos antes de que Cristiano se aclare la garganta.

Cristiano arrastra su mano por la espalda de Leo. —Antes de que pase algo más —, dice, rozando la columna de Leo con dos dedos, —déjame asegurarme de que no hayan causado ningún daño permanente —. Su mano se detiene justo ante el oleaje del culo de Leo, esperando el permiso de Leo. Leo no dice nada, todavía no puede hacerlo, pero asiente levemente con la frente aún presionada contra las sábanas.

Cristiano mete los pulgares en el pliegue frente a él y abre a Leo. Se muerde el labio al ver la humedad del lubricante y salir de Leo, ya imaginando cómo se sentirá alrededor de su polla. Pero hace una mueca al ver que, sí, la entrada de Leo está roja e hinchada. El hombre más pequeño ha sido bien usado esta noche, y francamente rudo a veces, aunque Cristiano no ve lágrimas ni sangre. Suavemente pasa su dedo por el borde y comienza a empujar la punta de su dedo dentro para estar seguro, pero Leo gime y se estira para detenerlo.

Si no fuera por los demás, Cristiano hundiría su lengua dentro de Leo, lo abriría desordenadamente hasta que Leo se retorciera sin sentido y rogara por eso... Los dedos de Cristiano ahuecan los globos firmes del culo de Leo y su boca hace aguas solo de pensarlo.

—Espera —, dice Leo, esforzándose por alcanzar su mano. No puede llegar del todo, pero Cristiano quita el dedo de todos modos. Con esfuerzo, Leo gira la cabeza hacia un lado. Se lame los labios antes de hablar, haciendo una mueca por el sabor a cobre. —Ya me canse de estar en esta posición —, dice en voz baja.