Casado desde muy joven, en un matrimonio de apariencias, Jeon escapa todos los viernes a los prostibulos, esperando recibir algo de "cariño", ese que no recibe en casa.
En la despedida de soltero de su amigo, es invitado a un prostibulo, pero este e...
Jungkook llegó a las bodegas en compañía de Hoseok, decidió que primero acabaría con Minho y luego lo hablaría con Taehyung.
No quería que la conversación con su pareja lo convenciera de perdonarle la vida a aquel hombre.
Tenía claro que lo quería muerto.
Minho estaba asustado, su vida tenía una sentencia desde que Jeon padre lo visitó.
Al escuchar pasos acercarse, su corazón casi se detiene, su vida tenía las horas contadas.
Jungkook entró sin pronunciar palabra, en sus manos cargaba una maleta, la cuál extendió en la mesa que se encontraba en la habitación.
En la maletra se encontraban todo tipo de objetos cortopunzantes, el brillo de esos relucía, eran nuevos.
Minho miró con detalle, sin entender el uso de cada objeto.
-¿Por qué lo buscaste?- Le preguntó Jungkook mientras se colocaba unos guantes negros totalmente de cuero.
Minho no respondió. -Hables o no hables te voy a matar, ¿No crees que es más divertido si hablas?- Jungkook se sentó frente a él.
Varios minutos pasaron, Minho mantenía su vista en el suelo, incapaz de mirar al azabache a los ojos.
-Hobi, amarralo-
Hoseok lo sentó en una silla de madera que tenía unas cuerdas para amarrarlo de manos y pies, dejándolo totalmente inmovil.
-Ya sé que conociste a mi padre, él mata sin pensar, pero para tu mala suerte yo quiero disfrutar tu dolor-
Agarró un dedo de Minho y con una pinza de acero, lentamente le retiró una uña.
Los gritos ensordecedores de la víctima se escucharon en toda la habitación, aquellos alaridos se perdieron en las paredes pues nadie los podía escuchar.
Mientras le arrancaba uña por uña, le habló. -Pensaste que Taehyung era fácil de conquistar y que, al contarle todo, ¿Lo ibas a tener para ti?-
Minho en vano intentó moverse en la silla, cada uña arrancada le generaba un dolor inexplicable.
-Lo trataste como a una puta al ofrecerle dinero por su cuerpo- Le dijó Jungkook con voz rasposa y enojado.
Al terminar con una mano, continuó con la siguiente. -Poder besar sus labios no tiene precio, ni siquiera tener todo el oro del mundo se compara con aquella sensación- Jungkook le dijo con orgullo, mientras recordaba los labios de su pareja.
-Solo es un culo más- Minho le contestó, su voz se escuchaba débil.
Jungkook sonrió, las palabras soeces lo incitaban a torturarlo más.
-Mi padre no tortura, pero yo lo estoy disfrutando mucho- Le dijo mientras calentaba una barra de hierro. -Quitale la camisa- Le indicó a Hoseok
El hierro estaba rojo por el calor, lo enterró en el pecho del hombre a la altura del corazón en su pecho descubierto.
Minho intentó con todas sus fuerzas moverse y retirar aquel hierro caliente de su cuerpo.
Jungkook le quemó varias partes del cuerpo, una por cada noche donde se sintió vacío sin Taehyung.
-Nunca debiste decirle nada, ni buscarlo, mucho menos hablar de él de esa manera tan grotesca- Hoseok le pasó unas tijeras gruesas y Jungkook le cortó la lengua, aquella que sostenía con sus dedos mientras le hablaba.
Sacó un cuchillo y le hizo varias cortaduras a lo largo de sus brazos y piernas.
Sangre brotaba de las heridas, aquellas eran profundas y dolorosas.
Minho ya no tenía fuerzas para gritar, estaba agonizando.
El azabache se sentó frente a él a observar cómo se desangraba poco a poco, analizando cada herida hecha por él.
Comprendió a su padre cuando le dijo que no había vuelta atrás, desde ese día, Jungkook no volvería a ser el mismo.
Dos horas después, Minho estaba muriendo lentamente por la pérdida de sangre.
Jungkook sacó una navaja de la maleta y se la enterró en el corazón, acabando con la vida de aquel hombre.
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