Capítulo 4 "No hace falta esperar más"

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31 de julio, viernes
7 am

Los rayos de sol entraban por los diminutos espacios que el techo constituido por latas les permitía, los mismos gritos de siempre hacían acto de presencia, los ladridos de los perros sin un hogar al que pertenecer también se podían escuchar, aunque al mínimo trozo de basura comestible éstos se callaban

Con pereza y sintiendo el cuerpo pesado, John Áddams abrió sus ojos lentamente

Poco a poco reincorporándose y sentándose sobre su viejo colchón, no le toma mucho tiempo a Áddams darse cuenta de que está solo

Completamente, solo.

Con solo una cama vieja y nuevamente fría, siendo la única otra testigo de que por un momento del día de ayer, el varón había dejado de pertenecer a los perdedores del juego de la ruleta rusa que era la vida misma.

Levantándose a una velocidad sin nombre, John toma la primera prenda de ropa que lo ayuda a taparse, ya estando mínimamente tapado, el oficial de policía encuentra un teléfono desechable debajo del marco de la puerta que daba la entrada a su disque hogar

Al instante, él busca con desesperación el teléfono desechable del idiota del día de ayer, busca en su cama, en el baño, en su mesa de noche, y el resultado es el mismo

No está.

Había perdido las dos llaves que necesitaba para encontrar la verdad sobre su difundo amigo

Y aunque él no quisiera admitirlo, una parte muy egoísta del él estaba más enfocado en encontrar a la muchacha que juró amarlo tantas veces la noche de ayer, incluso sabiendo que la solución más fácil era que ese supuesto amor fuera uno de una sola noche, y que al igual que el viento, la muchacha y los recuerdos desaparecerían en una ráfaga nocturna

Presionando el botón de inicio, el teléfono desechable finalmente enciende, y cómo si la persona que dejó el teléfono no quisiera esperar más tiempo, el fondo de pantalla de éste no eran nada más ni nada menos que unas coordenadas acompañadas de una hora

2QXQ+6R Alto da Boa Vista 6:00 pm

Al ver ésto, Áddams rápidamente empieza a marcar el número privado de Marina, él era uno de los pocos compañeros de trabajo en los que ella podía contar, así que su manera de demostrárselo era brindándole su número privado de en caso de emergencia

Nunca había esperado tanto a que alguien levantara el puto teléfono y le contestara

"-Ya decía yo que tardabas en llamar" Se escuchó la voz de Marina con un tono aún lleno de decepción, tanta que parecía que no quería que esta conversación durara más de lo que debía

"-Y qué pasó ahora, tú nueva compañera de cuarto necesita toa-" el sarcasmo de Marina fue cortado por la desesperación de John

"-Ya no está, Marina, se la llevaron junto con todo, ¡mierda!" Mantener la cabeza fría para que el mismo instinto detectivesco de ayer despertara nuevamente se estaba volviendo una misión imposible para John

"-A qué te refieres con qué se la llevaron?! Simplemente entraron a tú casa en medio de la noche y tú no te levantaste?! ¡Tienes que estar bromeando John! Eres tan desconfiado que normalmente duermes hasta con un ojo abierto!" -la desesperación tomó el control sobre la voz de Marina, opacando cada pequeño rastro de decepción que quedaba en ésta

"-Lo único que me dejaron fueron una coordenada y una hora, los malnacidos que mataron a Gray quieren arreglar esto cara a cara y la única manera de hacerme llegar bien la invitación fue llevarse a Eve" el enojo se empezaba a apoderar poco a poco del habla de Áddams

La Última Noche en La FavelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora