Spider-pinkson

Prólogo : La Muerte De Yanne

Era una mañana cálida y tranquila en la ciudad de Nova Yokmal, los pájaros cantaban y el sol resplandecía entre los enormes edificios, el reloj marcaba las ocho y media  de la mañana en un día tres de octubre. En uno de los bordes de la ciudad, existía una casa llena de bullicio, y en ella, una gran familia disfrutaba del desayuno. Y lo que parecía una fiesta con quince personas para un extraño que transitaba por las descuidadas calles, para esta familia era un sábado por la mañana muy normal. Los Yus vivían ahí, una familia que tenía trozos de todo el mundo al igual que la gran ciudad, parecían especialmente felices y tranquilos con su vida el día de hoy.

En medio del bullicio se encontraba Yanne, la mayor de los nietos, una joven de 17 años extrovertida, burlona y lista. La chica peleaba como todos los días porque respetarán su pan favorito en el desayuno, y como siempre alguien no lo estaba respetando. Era su tía Iris, qué era más una hermana mayor que una tía para Yanne, por lo que se sentía normal el hecho de estar discutiendo con ella por un pan.

Suéltalo Iris. - grito Yanne.

No lo creo niña, aunque te quiero desde antes que nacieras, no pienso soltarlo nunca. - respondió Iris.

Luego de un largo forcejeo con la bolsa del pan, gritos inaudibles y algunos tirones de cabello, la abuela de la familia arrebató la bolsa a ambas chicas y le entregó el preciado pan a Yanne. Yanne triunfante se sentó a la mesa y terminó su desayuno mientras hablaba con sus padres. Iris derrotada se fue a su habitación con un pedazo de bolillo seco y su rutinaria taza de café. Luego del desayuno la casa se vació, en pocos minutos lo que antes era un bullicio, se había convertido en un silencio sepulcral. Los padres de Yanne junto con sus tíos se habían ido a trabajar, el abuelo y la abuela decidieron ir a hacer compras. Los más jóvenes incluidas Iris y Yanne tenían el día libre, así que decidieron pasarlo cada uno a su manera, saliendo al centro comercial, yendo a la biblioteca, visitando a algún amigo o simplemente pasando el rato en sus habitaciones. Yanne e Iris qué compartían cuarto intentaban evitarse aun en ese pequeño espacio, Yanne miraba su teléfono con un sonido tan alto que retumbaba su pequeña bocina, mientras que Iris recitaba recetas de postres a todo pulmón de un pequeño libro. Ambas fingían no conocerse, mucho menos hablarse, todo debido a un pan.

Muy lejos de ahí, en una de las corporaciones más famosas de Nova Yokmal, un pequeño incidente ocurre. Una de las creaciones del doctor y director de la empresa Javier Yamagawa, ha escapado por el descuido de un insolente científico qué ha pagado caro su error, una pequeña mordida lo ha convertido en un cadáver venenoso con venas y arterias rosas. Este invento tan maravilloso nombrado 003-pinkson, es una llamativa araña modificada para ser aún más letal qué antes, convirtiéndola en la cazadora perfecta y la asesina de su libertador. La araña se arrastra entre la fría ventilación, desciende por las tuberías goteantes, camina firme por los techos y las paredes blancas, buscando un lugar donde esconderse a esperar su siguiente víctima. La araña y sus pequeñas ocho patas son ágiles y veloces, mucho más que una araña promedio, en apenas treinta minutos ya se ha alejado de la corporación HTS varios kilómetros, justo en las orillas de la ciudad, convirtiendo así las oficinas de HTS pulcras y armónicas, en un completo caos. El doctor Yamagawa parece totalmente tranquilo mientras observa como la seguridad y el resto de científicos desatan un apocalipsis interno al sonar de la alarma de emergencias. Después de todo, significaba que su experimento había funcionado, incluso mejor de lo que esperaba, la araña era tan venenosa que los fluidos de aquello a que mordía se volvían veneno puro, por eso aquellos que intentaron mover el cadáver también murieron y la única opción fue quemarlo.

La araña fugitiva entra a un hogar qué parece cálido y acogedor, avanza por los afelpados pisos y las paredes percudidas. Y en la gaveta más alta, en el fondo de la grasienta cocina, el arácnido decide esconderse y asentarse de manera apacible por un tiempo, justo a lado de la harina y las chispas de chocolate.