Sí,tal como recuerdo. Llevo sentado cuatro días seguidos. Si soy sincero conmigo mismo no recuerdo ni mi nombre. Pero mi grado militar y mi voluntad de volver a ver a mi pequeña, no me permiten decir ni una palabra. Solo el recuerdo estruendoso de aquella explosión es lo que pasa por mi mente. El no poder moverme es el puñal que atosiga mi cabeza y sentir el frío metal de las cadenas que abrazan mis manos, el asesino que me apuñala.
Entonces es cierto, no puedo moverme. Siento mi corazón latir fuerte, como si estuviera dando sus últimos latidos. Respiro lento y cortando las inalaciones como si tuviera miedo de algo. ¡Tengo tanta hambre!. No recuerdo la última vez que comí algo y sacié mi hambre. Si intento abrir los ojos lo único que veo son manchas grises y rojas. Y también ese olor, el olor a hierro oxidado y pescado podrido, el olor a sangre. Me da náuseas. Sin embargo creo que aquel fluido carmesí en mis piernas era mío. Es tan grande la tortura que no recuerdo ni el primer golpe que me dieron. Eso sí, al menos se que es día porque un pequeño rayo de sol ilumina mi destino o quizá mi final y por algún lugar la brisa se cuela y acaricia mi rostro tal y como lo hacía mi madre de pequeño. Creo que ahora es el único placer que puedo sentir. Pero eso no es todo empecé de repente a escuchar voces y puertas abriendo lentamente, transmitiendo sonidos agudos como si fuera de hierro.
Él me está hablando pero tengo mucha hambre como para entenderlo. Saca algo de su bolsillo. Creo que es un arma. Siento que me levanta la cabeza para que lo pueda ver a los ojos, pero mis pupilas están muy cansadas como para poder mirar hacia arriba. Él está enojado, toma su arma me apunta en la frente y dispara. Con el sonido del arma se habren mis ojos y mis pupilas ya gastadas necesitan aquellos anteojos que compre después de la guerra. E vuelto a soñar con aquella misión. Y si vuelvo a ser sincero conmigo mismo me dan escalofríos solo recordarla. Más los ojos brillantes de mi hija diciéndome buenos días son mi fuerza, siempre lo fueron. Solo me quedaron cicatrices y si lo pienso con profundidad una duda también. ¿A quién impactó la bala que escuché sonar antes de desmayarme?.