━ La vida suele darle tantas vueltas a el,
que termina vomitando todo antes de
llorar o cuando el solo se arrastra a
ella implorando por más.
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El solo era un impío que jugaba a ser el mesías en un mundo donde todo era tan nuevo para...
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El viento se rompe entre su piel, siente como la sangre ardiente corre entre sus venas en un una explosión de adrenalina pura. Azúcar y peligro es lo que saborea en su paladar, una sensación de cosquillas placentera recorre su pequeño cuerpo en éxtasis jadeando con vulgaridad por la sobre estimulación que vive.
Salta y vuela por segundos. No, mucho mejor, flota en una odisea experimental mientras en sus oídos retumban la letra tan vulgar de esa canción.
Vuelo entre el viento, rie retando a la muerte y al cruel destino que tendría si caía en descuido, no dolería tanto, piensa: "Morire antes de tocar el suelo debido a la presión del aire en mis pulmones" vuelve a pensar.
Carcajea con la garganta ardiendo en pinchazos de agujas fervientes despues de tantas risas desquiciadas.
Los pocos lugares donde se podía divertir trabajando eran las ruinas de aquellos edificios tan lastimeros, dónde saltaba y volaba como Spiderman o la patética imitación de este como alguna vez de niño soño ser.
O teniendo peleas reñidas con los zombis arañas o algún ataque zombi el solo solin solito.
Amaba esa sensación de placer al tener cara a cara a la muerte , no le calaba los huesos en frío estremecedor pensar en ello, no por algo el era la carne de cañón en las misiones, el que daba la cara dejando que lo azotarán como un castigo que el buscaba. El perro fiel de la armada o mejor dicho, el conejito araña de pruebas que siempre estaba dispuesto a todo por una buena faja de billetes y una botella de nitrógeno dulce.
Relame sus labios y gruñe casi jadeando cuando una de sus garras se rompe al encajarse en el viejo metal de un edificio. Siente el líquido carmín humedecer su mano y el aroma a cobre potencia sus sentidos.
Imita de manera torpe el sonido de aquello, un crack muy bonito a sus oídos según el moreno.
Pero sus oídos se mueven levemente al oír algo más... Murmullos bajos pero puede asegurar una buena copa de nitrógeno dulce que están a a unos cinco edificios de el a la izquierda y unas estrellas a qué están todos en el techo de algún edificio.
Sonrie gustoso, cierra los ojos en un jadeo intentado concentrarse solo en su olfato y oído.
La saliva inunda su boca al percibir algunos aromas, sandia, café, quizás maíz y algo de col se agregen a la lista de su cena por qué es algo de lo que un repentino apetito.
Chasquea la lengua.
Aprieta con más fuerza el barandal oxidado donde se aferra, la sangre de su dedo ya había dejado de correr y su garra ya se había regenerado hace casi nada de tiempo.
¿Sería prudente curiosear un rato con aquellos desconocidos?.
Por los aromas que había captado podía asegurar que todos eran alfas en aquella manada, no tendría problemas si estos lo intentaban atacar, era más que un buen luchador experimentado en batallas de larga duración y podía con más de tres grandes(no específicamente en una pelea).
