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Noticia Inesperada

Peter estaba sorprendido, ¿y cómo no estarlo después de una noticia así?

– ¿Podría repetirlo? – preguntó agarrando con fuerza la mesa del doctor.

– Señor Parker, usted está esperando un bebé. – repitió el doctor.

Después de esas palabras, Peter no recordaba que paso, solo se acuerda que salió del consultorio, Gwen quien había ido a visitarlo, al verlo tan ido, decidió ayudarlo a llegar a su casa.

– Peter, ¿qué pasó?

– Estoy embarazado. – contestó sin ninguna emoción.

Gwen solo lo miro, no sabia si esa era una buena noticia para el omega, o mala. Para empezar no sabía nada del alfa con el que había estado, Peter no le había querido contar y ella no preguntó más.

– Es bueno, ¿verdad Gwen? – preguntó Peter mirando a su pequeña amiga.

– Es bueno si a ti te parece bueno, Pet. Pero tu alfa...

Peter cerró los ojos, después de esa grandiosa noche entre ambos, Miguel se quedó dos días más con él, pero tuvo que irse a seguir con su tarea. Por eso le había dejado aquel reloj, le permitirá viajar entre dimensiones, pero Peter no tuvo tiempo de usarlo, no cuando eres spiderman y toda la ciudad parece no poder sobrevivir sin ti.

Cuando Gwen fue a visitarlo la primera vez, quería contarle sobre Miguel, pero entonces ella le contó lo que su alfa había pasado. Su alfa había encontrado a una variante suya, una variante que había muerto y dejado a una familia sola, entonces Miguel había decidido formar parte de esa familia...

– No importa, puedo con esto solo, no lo necesito. – contestó, tratando de ser fuerte. – Solo es un alfa tonto, mi amigo Harry puede ayudarme con esto... Espero.

Gwen asintió, quería creer que su amigo estaría bien, pero no podía. En esos momentos, deseaba que Miguel le diera un reloj a Miles, sabía que su cachorro alegraría a Peter, pero por alguna razón, el gruñón no consideraba a Miles necesario para la organización.

– Traeré a Hobie, Peni, Peter Noir. Te ayudaremos a patrullar la ciudad. – dijo la chica sonriéndole.

– Oh vamos, estoy embarazado, no lisiado. – contestó Peter haciendo una mueca.

– Llevas a alguien importante ahí, protegerlo o protegerla es tu única prioridad ahora.

– Gracias Gwen, solo un favor, no le digas esto a otros, menos a Miguel. No quisiera que me saque el reloj por esto, tengo la esperanza de poder ir a ver a mi cachorro, para presentarle a su hermanito o hermanita. – dijo Parker sonriendo.

Gwen asintió antes de desaparecer por un agujero muy colorido, dejando solo a Peter. El omega al sentir que no había nadie, hizo lo que estuvo aguantando desde que salió de la clínica, lloró. Lloró tanto que estuvo seguro que ya no le salía agua por los ojos, quería llamar a Miguel, quería pedirle que estuviera a su lado, pero no podía, mejor dicho no quería. El hombre había decidido vivir una vida que no era suya, con una mujer, con una hija, era obvio que Peter no tenía nada que ver ahí.

– No te preocupes mi amor, tú y yo saldremos adelante. ¿Con qué plata? No sé. Pero saldremos adelante.

Un tiempo después, los ciudadanos de New York estaban algo confundidos por la cantidad de spidermans que había en la ciudad, cada día uno diferente los salvaba. Mientras que Peter estaba siendo el omega más consentido de todos las dimensiones, sus amigos eran gente maravillosa, lo consentían en sus antojos, gustos y lo animaban cuando se ponía triste.

Estaba también el maravilloso bonus de tener a Harry con él, Harry quien peleaba con Peter Noir por ser el padrino del bebé, pero que aún así cuido de su amigo, dándole un mejor departamento, amueblando el cuarto del bebé. Y sobre todo, ayudando a su amigo cuando extrañaba a su alfa.