Ojos que callan

4.

Izuku siempre se caracterizó por ser una persona de naturaleza amable y bondadosa, alguien que ayuda a las personas sin esperar algo a cambio. Feliz, sonriente y maduro. Era un alfa bastante peculiar ante los ojos de los demás. 

A pesar de su forma física, la cual era bastante atractiva para cualquier beta, omega o inclusive alfa, sin duda alguna se podría decir que el tipo era un gigante bastante tierno y tonto. 

Muy a pesar de eso, él era la reencarnación exacta de la justicia, no era nada nuevo ver al alfa defender a alguna persona que estuviera recibiendo cualquier tipo de abuso por alguien más o algo que se le asemejara.

Un tonto que cree en todo tipo de cliche, viviendo uno mismo al lado de su novia. 

Uraraka simplemente era la omega perfecta ante los grandes ojos del alfa, la omega mas hermosa que sin duda alguna vio en toda su vida.

A pesar de su cuerpo atractivo y curvilíneo, las feromonas a cacao le causaban un verdadero cortocircuito cada que las percibia y olía por su sensible nariz. Ni hablar de aquellos ojos que tanto lo hipnotizaron, el hermoso color café le recordaba tanto a la tierra húmeda después de una cálida llovizna, el color del chocolate, el café que solía tomar las mañanas el cual despejaba su sueño.

Izuku estaba tan enamorado. Ochako de igual forma se derretía por el atractivo alfa de cabello verdoso.

Claramente era la pareja que todos querían, no solo por ser llamativa a simple vista, si no porque de verdad se demostraban todo lo que sus corazones sentían de forma mutua. 

Sus ojos reflejaban el amor que no era necesario expresar con palabras, ya que cada uno sabía lo que sentía.  

─ Te lo digo hermano ─Comentó Kirishima, envolviendo el cuello de Izuku entre su brazo─ Esa omega, diablos, me tiene completamente loco, es tan tierna y pequeña.

Izuku sonrió desviando sus ojos a los patios exteriores de los salones, rápidamente divisó la hermosa silueta de su omega quien hablaba animadamente con sus amigas. Ochako al parecer noto su mirada ya que dejó de prestarle atención a la energética charla que tenía con ellas para observar hacia arriba. 

Una tierna sonrisa se formó sobre sus labios al ver a su pareja, aunque su momento mágico solo duro unos instantes antes de que Kirishima se encimara sobre Izuku para mover su mano con entusiasmo, saludando a una omega en particular, tez clara, ojos grandes y azules, el cabello era alborotado y rubio con algunos mechones pintados de diferentes colores. 

Inmediatamente la omega apartó la mirada luciendo avergonzada en tanto recibía un par de burlas de las demás del grupo quienes sabían que surgiría una nueva pareja a futuro.

Si en cambio Izuku, suspiro como un bobo enamorado, siendo observado por los pares de ojos divertidos de sus compañeros.

─ Uraraka-san, ella es perfecta. ─Susurro lo suficientemente alto para ser escuchado por los demás, de inmediato obtuvo bastantes risas divertidas recibiendo unas cuantas palmadas en la espalda.

─ Siempre he tenido la duda ─Repentinamente comentó Shinso, un alfa alto y serio, un atletista popular en la facultad, su cabello era de un color color púrpura al igual que sus ojos, desordenado y esparcido a los lados de su cabeza─ ¿Que se sintió marcar a Uraraka? ─Preguntó con curiosidad ganándose la atención de quienes estaban en el aula.

A pesar de que algunos de ellos tenían pareja, creían que era muy inexpertos y jóvenes para llegar a esas alturas de marcar a un omega, pocos de ellos realmente no se veían en un futuro con alguna pareja definitiva.

Izuku pareció pensar por un momento en su pregunta, adoptando una postura mucho más recta.

─ Cuando la vi por primera vez, el tiempo se detuvo completamente, quiero decir, no de forma literal, pero realmente así lo sentí, no podía ver nada más que no fuera ella, fue como si una parte de mi finalmente estuviera completa, Uraraka-san, solo me bastó verla una sola vez para saber que ella era mi todo, que daría mi vida por ella y que era la única que realmente podría completarme ─El salón quedó en silencio al terminar─ Cuando la marque el sentimiento fue similar, solo que algo nuevo apareció en mi mente al momento de formar el vínculo, desde entonces siento sus emociones, nuestro olor se hizo uno solo.