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ﾟLA PUNTA DE LA LENGUA de Miles se asomó ligeramente por la comisura de su boca cuando echó la mano hacia atrás, con una uva atrapada entre el indice y el pulgar.
──Recuéstate un poco ──te dijo, entrecerrando los ojos con concentración.
Hiciste lo que te pidió, con la mandibula abierta, preparado para atrapar. Se tomó otro momento para reajustarse.
Justo cuando fingió tirar la uva, dijiste con frustración:──¡Tirala ya!
La fruta fría rebotó en un lado de tus labios y aterrizó en el suelo con un ruido sordo. Parpadeaste en estado de shock.
Miles te miró fijamente y luego sonrió.
──Eres un pésimo receptor ──dijo, con carcajadas infantiles resonando en su pecho. Con un suspiro, se derrumbó en su cama, cruzando las piernas y apoyando la cabeza con ambos brazos.
──Tal vez solo eres un pésimo lanzador ──respondiste fácilmente, escabulléndote por la habitación para hundirte en el colchón a su lado, imitando su posición.
Los dos eran demasiado grandes para su cama pequeña sus piernas y brazos golpeaban torpemente contra los tuyos y tuviste que golpear tu cadera con la suya para empujarlo más hacia el borde y así tener más espacio.
──Deja de acaparar mi cama ──gruñó Miles sin verdadera malicia en sus palabras; de hecho, estaba sonriendo tontamente, mirándote con diversión mientras te quejabas por lo bajo de que no era tu culpa que su cama fuera tan estrecha.
Tu pie lo pateó suavemente en la espalda. Él tomó represalias dándole un codazo en las costillas.
──¿Cuándo fue la última vez que cambiaste tus sábanas?
Miles te sacó la lengua──No quieres saber.
──Ew ──dijiste, pero no te molestaste en moverte──Eres asqueroso.
