Princess Adhara || The Princess Diaries

01

Concentración. Concentración.

Estoy tratando de pintar a Arturo, mi cachorro dalmata. Aunque no lograba concentrarme, pues el parlamento estaba en sesión con mi abuela. Debían hablar sobre cómo se procedería luego del accidente que arrebato la vida a mi padre.

A pesar de estar preparándome toda mi vida para asumir el cargo de monarca, aún no me siento lista. Solo tengo catorce años.

Miro a mi alrededor tratando de distraerme.

El dia está levemente soleado. Los pájaros cantan, las mariposas revolotean sobre las flores, Arturo recostado a mi lado sobre la manta que coloque. Mire el lienzo con algunos líneas que simulaban ser Arty.

Bueno, lo mejor será concentrarme en comenzar a pintar.

Cuando estoy haciendo los últimos detalles en el retrato, escucho pasos acercándose.

-Alteza.

Arturo y yo giramos a ver a Charlotte, la secretaria de mi abuela. Se veía nerviosa.

A esta hora el parlamento ya abría terminado su sesión. Se tardaron bastante.

Eso solo me ponía mas nerviosa.

-Su majestad la espera en su sala de té privada.

Me levante, mire la manta con pintura, algunas galletas, a Arty y su retrato.

-Dile a Mery y a Ann que lleven todo mi estudio.

Ella asintió. Me dirijó a donde esta mi abuela.

Al llegar veo a la reina sentada tomando té, junto a ella un plato con sus tan amadas galletas de pera.

Cuando noto su mirada perdida supe que no había buenas noticias.

-Abuela- llamé, hice una pequeña reverencia cuando volteo a verme.

-Adhara, tengo noticias y no creo que sean de tu agrado.- dijo, un poco angustiada.

-¿Qué sucede?

Me senté a su lado, dándole mi total atención.

-Verás, la primogénita de tu padre heredará el trono.- informó.

Estaba confundida, ¿Por qué mi abuela me decía algo obvio?

-La se, abuela. Me estoy preparando para eso.

Pude visualizar en su mirada un poco de lastima.

-No me estas entendiendo, querida- al ver mi confusión  continuó- tu no eres la heredera.

Ahora si que estoy perdida.

-¿Qué? Abuela no entiendo.

- No serás reina.

- ¿Qué?... ¿Por qué?...

-El parlamento y yo lo decidimos. - Me interrumpió. Su voz era firme, pero trataba de ser suave. -Se que no lo entiendes...

-Entonces explícamelo. - Esta vez la interrumpí, tratando de no sonar molesta.

No me gusta cuando la gente da tantos rodeos.

- Verás... - Comenzó tranquila, ¿Cómo puede estar tranquila? - Philippe, luego de casarce con tu madre, se fue a estudiar en Estados Unidos. En ese lugar conoció a una joven artista. El, en ese tiempo no quería asumir sus responsabilidades con la corona. Así que talvez por rebeldía o porque simplemente se enamoró ...

Deje de escucharla.

"No serás reina"

"Primogénita"

"Se enamoró"

- Tuvo otra hija.- afirmé, bastante decepcionada.

-Así es.- se limito a decir, tranquila. TRANQUILA. ¿Como puede estar así cuando acaba de decirme que toda mi vida fue una mentira?

No lo puedo creer. Tantos años de preparación en vano.

Esperaba a mi abuela dijera que era broma. ¿Pero porque mi abuela bromearia con algo así?

O talvez sea un sueño. Aunque fuera estúpido pensarlo podria aferrarme a la idea de que solo fuera eso. Un sueño. Una pesadilla.

Pero hay que asumir la realidad.

Una completa extraña para mi, para mi pueblo sería reina.

-¿Desde cuando lo sabes?

- Siempre lo supe.

Creo que voy a llorar.

-¿Ella siempre fue la heredera?

-No realmente, pero es lo que tu padre dictaminó antes de morir.

No llores. No llores.

Me pregunto si ella lo sabrá. ¿ Sabrá que será reina? ¿Se habrá escapado de sus responsabilidades? ¿ O vivió en una mentira toda su vida como yo?

Respire profundamente y trate de seguir.

-¿Ella lo sabe?

-Aun no. Ni siquiera sabe que es princesa.

-¿Entonces como gobernará una nación si no sabe nada? - trate de sonar tranquila. Tengo que sobrellevar la situación.

-Yo misma la prepararé- aseguró con una sonrisa.

¿Sonrisa? ¿Por qué sonríe? ¿No se da cuenta todo lo que me afecta toda esta situación? ¿Porque no me lo dijo antes?

- Me acompañaras  a San Francisco.- Me saco de mis pensamientos.

No puede hablar enserió.

-No quiero ir.

Quiero llorar.

-Es una orden, Adhara. Debes conocer a tu hermana.

¿Hermana? ¿Como puedo llamar hermana a una desconocida?

-Ya puedes retirarte. Tengo muchas cosas que organizar.

Me fui. Confundida, enojada, triste, pero sobretodo decepcionada.