Jimin es un mal omega por querer reclamar al futuro alfa de la manada. Ha amado a Jeon Jungkook desde los quince años. Cinco años después, se encuentra en una dolorosa situación.
El hombre que ama, está por casarse con otra Omega.
Destrozado por el...
Con 19 años, Park Jimin sabía un par de cosas de la vida.
La primera, era que la facilidad con la que podía encontrar todo tipo de plantas en el bosque era increíble.
Y la segunda, es que ahora resultaba imposible convivir en la manada y usar su pasatiempo favorito es como un escape le facilitaba las cosas en casa.
Después de la muerte de su abuela, la gente dejó de darle el poco respeto que había logrado obtener. La manada la quería a ella, no lo quería a él. Sólo le trataban bien por la mujer, era un omega destinado a no nacer, los rumores hablando de su familia habían vuelto y aún más fuertes, no tenía la protección de absolutamente nadie. No tenía problemas por sentir rechazo, estaba orgulloso de su abuela teniendo el respeto que se merece, pero sabía que aquella manada se estaba convirtiendo en nada más que un lugar en que podía dormir acompañado de más lobos a su alrededor.
Incluso Jungkook, que inicialmente no le hablaba en lo absoluto, había dejado de darle miradas sigilosas y lo evitaba a toda costa. Si Jimin llegaba a platicar con él sobre cualquier situación extraña con la que se había encontrado en el bosque, Jungkook se alejaba y no se dignaba siquiera a mirarlo.
La única vez que logró tener contacto con él, fue cuando el día del funeral de su abuela falleció e incluso la líder llegó a darle su gratitud por la ayuda que recibió de su abuela para la manada. Jungkook no había asistido y su corazón no pudo quebrarse más de lo que estaba. El hombre que aseguraba era su alfa, además de rechazarlo, no se había dignado a aparecer y hablar con él o darle respeto a su abuela. Una mujer que aseguraba, había salvado a la mitad de la manada.
Jimin en verdad creyó que Jungkook no aparecería, pero lo hizo a media noche, en su forma lobuna y envuelto de lo que parecía ser su sangre. Aunque en ese momento, era el triple de su altura, el Omega logró que entrara a casa y lo abrazó entre lágrimas. Rápidamente había vuelto a su parte humana y se había dejado abrazar por el joven Omega que seguía llorando.
Jungkook le miraba con los ojos brillantes y dulces, como si estuviese rogando por algo que no podía explicar en palabras. Jimin logró llevarlo al sofá como pudo y lo limpió, Jungkook se dejó tocar por el Omega aquella noche, dejó que curara sus heridas y pudo liberar un poco la verdad de lo que ocurría.
"Me ha encadenado. Mamá lo ha hecho." Le había susurrado Jungkook, tomando la ropa del Omega que le quedaba algo estrecha (demasiado estrecha), Jimin no podía fijarse más que en sus ojos tristes y heridas curadas, su cuerpo desnudo era poco importante en una situación así. "No pienses a mal, es una gran líder...No pude ir a verte, a verlos por eso. Lo siento. Quería verte y despedirme de ella. Hace unas semanas tuve una conversación con ella y no pudimos terminarla...Quería despedirme".
Jungkook se había sentado frente a la cama, su cabello estaba descuidado y usaba un pantaloncillo gris. Temblaba de frío mientras comenzaba a llorar. Jimin limpió sus lágrimas con sus dedos y besó su nariz. Le hubiera gustado que las pocas conversaciones con el alfa no hubieran tocado una pizca de tragedia, pero al parecer la luna lo quería de esta manera. El omega besó su cabeza y se sentó sobre sus piernas. Jungkook siguió sollozando con las manos esta vez, tomando su cintura por completo.
"No mereces todo el daño por el que has tenido que pasar por mi culpa. El que debería llorar soy yo y mírame. Soy un Alfa débil". Jimin frunció el ceño y acarició su cabello.
"Eres un Alfa fuerte, inteligente, ágil...valiente. Todas esas cualidades son las que te hacen ser tú. Llorar no te hace débil, te hace más fuerte porque demuestras que también eres humano, ¿de acuerdo?, no tienes la culpa, me has defendido y todo ha pasado." Jungkook ejerció más fuerza sobre su cintura y sus sollozos disminuyeron.
"No lo entiendes. ¿Por qué eres tan buen omega?, deberías golpearme. No merezco esto."
"Lo mereces todo, Jungkook. Todo estará bien."
El alfa recostó su cabeza en su pecho y Jimin siguió con sus caricias.
Ambos pasaron la noche juntos, porque en el instante en que Jimin notó que la presión en su cintura había dejado de estar presente, el alfa se durmió entre el calor que le otorgaba.
Si Jimin tenía preguntas, esta vez, habían aumentado el doble.
Por el momento, dejó que Jungkook pasara la noche a su lado.
Pero fue un gran error, cuando el alfa desapareció a la mañana siguiente, dejando una nota a su lado y algo mucho más grande; un omega con el corazón roto.
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