A la Sombra de un árbol...

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A la sombra de un árbol,

Begiolini cantaba.

Unas rimas por aquí,

Las demás en otro lugar...

Las aves lo acompañaban

Sus trinares alegres y divertidos,

Tenían en sí mismos

Una esencia divina.

El rugir del viento

Melodía acompasada,

Impredecible y salvaje

Lo tranquilizaba.

A la sombra de un árbol

Begiolini tarareaba.

La naturaleza lo acompañaba.

Él, tan joven y pequeño...

Creaba su mundo

Para feliz ser.

A la sombra de un árbol

Begiolini callaba.

Se sentía tan cansado...

El peso de los años

Oprimió sus cuerdas vocales,

Quitándole así,

El arte de vivir.

Begiolini descansaba,

Ya no sentía la misma fuerza.

Se debilitaba...

Hacía tiempo lo había admitido.

Y en aquél árbol,

Vivirá el recuerdo.

De un hombre honorable,

Que con cantos la vida alegraba.

De que con amor,

Y el son afinado de la canción,

Su vida desfilaba.

En cada rama y hoja,

En cada arrullo y grito.

Más en el trinar,

Su canto ya no se ha de encontrar.

A LA SOMBRA DE UN ÁRBOL...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora