Entonces un Arnold de 18 años, atractivo en medio de su adolescencia estaba delante de una bella rubia de ojos azules, su amado tormento hasta ese tiempo: Helga G. Pataki
− Espero sinceramente que estés confundido, Arnoldo.
−No, Helga. Creo que esto te lastima, pero...últimamente siento como que me equivoqué cuando decidí corresponderte...posiblemente únicamente fue porque estaba tan agradecido que confundí un poco las cosas...por eso...
− En pocas palabras, cabeza de balón; terminas conmigo.
el lucia destruido y culpable, pero asintió con la cabeza. Arnold no sería un mentiroso. Ella lo observó, llena de dolor en sus ojos azules, pero pese a esperar el inminente golpe; este nunca llegó. Ella maduramente, asintió con la cabeza.
−Bien, esta bien Arnoldo. Espero que tengas una buena vida.
Antes de que pudiera decirle otra cosa, ella salió corriendo de ahí. Pues una cosa que no quería era lastima, y que la viera siendo débil., llorando.
***
Un Arnold mucho más maduro de 25 años, muy atractivo estaba recordando sus error más horrible, que había cometido en la vida, que fue perderla ese día tan horrible. Estaba en el medio de Sal Lorenzo, cuando una carta de Gerarld le llegó, donde le decía dos cosas: que ya sabia donde estaba Helga y que de hecho tenia que apresurarse, ella se iba a casar con un tal John.
Entonces Arnold salió corriendo como un loco para subirse en el avión de sus padres, con el objetivo de llegar a Francia lo mas pronto posible, pues Helga se iba a casar. Luego de un viaje de muchas horas...por fin llegó a donde se estaba celebrando la boda de Helga.
Él entró interrumpiendo cuando el padre dijo la frase : "Si alguien se opone a esta unión, que hable ahora o que calle para siempre"
Entró en medio de una ceremonia donde estaban todos sus conocidos, y su adorada rubia en brazos de un atractivo francés de cabello entre rubio y café, barbita pequeña, muy guapo, más alto que él, con unos ojos color café divino, también era más fuerte y lucía un traje de sastre tan perfecto que era obvio que era hecho a la medida. Todo un hombre guapo y elegante.
A su lado estaba la Helga mas hermosa del mundo, con su tocado de flores rosas en el cabello, su velo vaporoso, dándole un aire de hada vestida entre rosa y blanco. Era demasiado para este mundo y el corazón del hombre rubio cabeza de balón.
−Helga, realmente lamento mucho el haberte alejado, pero yo no quiero que te cases con él si aún me amas, tanto como yo lo hago contigo. Quiero pasar el resto de la vida de la vida a tu lado, compensándote lo tonto que fui ¿te vas conmigo? Por favor...
Ella lloró de alegría, brincando a sus brazos, como cuando eran niños.
− Claro que si Arnoldo, me las cobraré por lo que me hiciste, pero...aun así nunca te dejé de amar, así que me voy contigo para siempre...
Ellos salieron de ahí, entre el beso que se dieron, siendo aplaudidos por su familia y amigos, alejándose en el avión.
***
O al menos así era hasta que la realidad le llegó al hombre rubio de 28 años, quien despertó con el sonido del teléfono.
Él de verdad dejó a Helga ese día hace diez años atrás. Unos años después él intentó una relación con una chica en San Lorenzo, pero fue gracias a esta relación que notó que él de verdad amaba a Helga con pasión, cuando quiso enmendarlo, ya era tarde: ella se fue de la cuidad el mismo año que él y nadie sabia darle informes de donde vivía ahora. Sabia que algunos seguramente si sabían pero ella se negó a dejar que le informaran. Así pues, hacia 3 años le llegó la carta que mas le deprimió en la vida: Helga se casó, si bien era cierto que Gerarld lo intentó ayudar a tiempo, pues la carta se retrasó, por ende, le llegó una semana y media después de lo planeado, en conclusión: le llegó 3 días después de la boda de Helga. Luego fue Gerarld quien le mandó las fotos de la boda, para que viera a Helga y de paso a su maravilloso esposo nuevo: Jonh Bernard. De quien no sabia nada salvo que era un terriblemente guapo, adinerado, y galante hombre francés, con el que Helga se había casado.
Ahora ahí estaba ese sueño tonto donde sus deseos de haber hecho las cosas bien entraban por sus ojos. Aunque quisiera ya no podía remediar nada ¿O sí?
La llamada de sus abuelos le hizo darse cuenta de que por fin podría ponerse a mano con su amado tormento por haberla herido.
−Tú amiguita de antes una ceja, pues esta en graves problemas...te necesita aquí porque...esta en la cuidad...tienes que venir rápido hombrecito, ella la esta pasando mal y nos necesita. No voy a contártelo por teléfono...es grave...
Con esas palabras dichas fue todo lo que necesitó para alistarse para regresar de nuevo a su cuidad, pues mientras Helga lo necesitará él estaría ahí para ella. Él siempre la amaría, de eso estaba seguro, por eso la ayudaría costase lo que costase.
***
Bueno esta idea lleva mucho tiempo en mi cabeza, por fin pude darle forma. Ojalá les guste. Sera cortito el fic, pero espero les guste de todos modos.

ESTÁS LEYENDO
Geraldine Bernard (shortaki)
Short StoryArnold termina con Helga, ella decide continuar con su vida y él se dio cuenta de que la amaba, que cometió un error. Entonces no puede encontrarla, pues ella se fue. Cree que la perdió para siempre pero una pena horrible en la vida de ella, hace qu...