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POV Narradora

       "Pequeña Agreste"

La mansión Agreste era uno de los lugares más famosos en todo París, ocultando su lujoso interior para la mayoría de los parisinos.

Excepto para los habitantes de dicha mansión, quienes estaban acostumbrados al silencio, la simbólica oscuridad y la realista soledad que les hacía compañía.

Para un adolescente rubio en particular, eso era tedioso y muy tristes, por eso se refugiaba en el colegio.

Para los otros dos mayores, en cambio, reflejaba un clima perfecto, un ambiente de trabajo más que agradable.

Ese era el caso, Adrien se fue al colegio, Gabriel estaba diseñando en total silencio, Nathalie trabajaba con calma y tranquilidad.

Sin embargo, la tormenta perfecta de ambos mayores se vio interrumpida por una pequeña brisa que amenazaba con quitarles el control del caos.

Frente a la mansión más excéntrica de todo París, un taxi paró por unos cortos momentos.

Una silueta femenina se acercó hasta las rejas, sonriendo un poco al reconocer la gran seguridad de la mansión.

En el altier, el trabajo de la asistente ejecutiva se vio interrumpida por el sonido del timbre.

—Mansión Agreste, buenos días—habló con monotonía, sin prestarle tanta atención a la pantalla.

Por fuera, la joven soltó un risita al reconocer la voz de su adulta favorita.

—Buenos días, señorita Sancoeur —saludó con falsos modales, sonrió un poco y tomó en su mano la maleta —Quisiera hablar con el señor Agreste, por favor.

Ante esa petición, Nathalie frunció un poco el ceño. Se notaba a leguas que la voz le pertenecía a una niña, seguramente adolescente, ¿Por qué rayos una niña querría hablar con su jefe?

La mirada zafiro de Natalie fue hasta su jefe, quien ya la estaba mirando con atención y curiosidad.

Por primera vez, la mujer observó la imagen de la desconocida, quedando pasmada.

—Nathalie, por favor, quiero hablar con el tío Gaby —pidió la voz se una niña.

Sorprendo, Gabriel fue hasta el escritorio de su asistente, quedó de pie detrás de ella, mirando por sobre el hombre de la azabache.

Lo que ambos vieron les sorprendió. Era como ver un fantasma, un recuerdo viviente de sus pasados.

—Marizza...—murmuró el diseñador, inconscientemente pero lo suficiente alto para que ambas femeninas lo escucharan.

El nombre de su hermana salió de su boca, causado por la sorpresa de ver a su sobrina allí.

La menor sonrió, sus ojos miraron a su alrededor, dónde ya había gente observando casa movimiento que hacía.

—No quiero sonar maleducada, ¿Creen que podría entrar ya? La gente me está mirando raro — comentó con gracia pero algo incómoda.

Inmediatamente la rejas de la mansión se abrieron, la chica tomó si maleta y entró con una gran sonrisa.

La mansión nunca cambió drásticamente, solo alguna que otra cosa.

En lo que observaba a su alrededor, las puertas promocionales se abrieron.

Con emoción entró, viendo al diseñador más popular de París, por no decir del mundo, y a la asistente mejor pagada del país seguramente.

Ambos adultos estaban de pie, mirándola con sorpresa.

Ella, en un impulso alentado por la emoción, dejó la maleta en el suelo y corrió a abrazar al mayor.

—¡Tío!—exclamó sonriendo, se alejó un poco, miró a la mujer y también la abrazó —¡Tía Nath!

El diseñador y la asistente se miraron, sonrieron y volvieron a mirar a la chica que estaba frente a ellos.

Era obvio que creció después de casi 4 años sin verla. Su cabello (_c/c_) estaba por debajo de los hombros, sus ojos (c/o) brillaban con intensidad, quizás era un poco más alta que antes.

Sin embargo, a los ojos de Gabriel era la niña se 6 años que lloraba para que él diseñara sus vestidos de princesas.

Para Nathalie seguía siendo la niña de 8 años que le pedía que le enseñara a maquillarse como ella lo hacía.

Simplemente no podían verla como una adolescente, sino como la pequeña Agreste que siempre sería para ellos.

—¿Qué haces aquí?— interrogó la mujer, la niña desvío la mirada al saber que venía el regaño—¡Vives al otro lado del mundo, ____!

—Saben como es mamá —se cruzó de brazos molesta—tú no te enojas, ¿Verdad tío Gabriel?—hizo un puchero.

—No puedo creer que estés sola aquí, ¡Sola!—el diseñador se mostró enojado, lo cual hizo a la joven acabar con su pequeño berrinche.

—¡Pero estoy con ustedes!—intentó tener una excusa pero ellos no le dieron importancia.

—¿Cuánto vas a quedarte?— la mujer cuestionó, sujetando el puente de su nariz para calmarse.

—¿Cuánto puedo quedarme?— dijo la niña con inocencia.

—¡____!—exclamó el diseñador molesto —te quedarás hasta que hable con tu madre y arregle las cosas.

La niña sonrió emocionada, asintió.

El diseñador se dió la vuelta, miró de reojo a su asistente y ambos asintieron.

—Por cierto, ¿Y la princesa?—miró a la mayor que estaba sujetando su maleta.

—En el colegio —contestó, logrando que la joven hiciera un gesto sorprendido.

—¡Rapunzel salió de la torre al fin!—exclamó sonriente.

—No le digas así a mi hijo —habló el diseñador, caminado hasta el altier.

—Olvidé que él si es natural—dijo con gracia, siguiendo a Natalie por las escaleras.

—¡Te escuché, _____!—exclamó el diseñador, algo sonrojado por la vergüenza, pero sonrió un poco al escuchar la rosa de su sobrina y, sorprendentemente, la de su asistente.

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¡Holaaaaa! ¿Cómo están, bellezas?

Tenía ganas de publicar algo sobre el Adrinette y Gabenath!!

¿Y qué mejor que incluir a nuestra amada rayis protagonista?!

Ella es todxs lxs fanáticos que apoyamos estos ship's jejeje ❤️

¡Espero que les guste esta mini historia! (⁠♡⁠ω⁠♡⁠ ⁠)⁠ 

PD: la portada es temporal, quizás la cambie por una mejor jeje

"AGRESTE" [Miraculous y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora