Solo queda esperar

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-A mi hijo mayor, le dejo la casa en la que actualmente vivo, ya que ha sido el lugar donde paso su infancia, niñez y gran parte de su adolescencia...

-Hook, ¿estás seguro? De todos tus hijos ha sido el mas ingrato, realmente no estoy de acuerdo con tu decisión, pero como tu abogado estoy para atestiguar las locuras que estas diciendo.

-Que mas da Koons, solo espero que esta bendita enfermedad acabe de una vez por todas conmigo, siento que me deslinde de ciertas responsabilidades tras la muerte de mi querida esposa, todo lo que hice fue por mis hijos, sin saber que era lo que realmente necesitaban, creo que es una de las miles de razones por las cuales tengo que partir...

-Me sorprende la seriedad con la que estas tomando todo esto, ¡parece no importarte en lo absoluto tu vida!

-Claro que me importa, en algún tiempo fue lo principal para mi, ahora ya no recuerdo el momento en que me quede solo y cuando fue que enferme, tengo el tiempo contado y me arrepiento de no darme cuenta cual era mi estado, solo me queda esperar y que al momento de partir todo haya quedado solucionado.

-Sufro mas yo que tu, mi querido amigo, tantos años de conocerte y jamás te habías mostrado de esta forma, siempre fuiste un hombre con un fuerte temperamento, seguro de sus acciones y mira... pronto ya no estarás más en este mundo.

-Todo esto me lo he ganado,
desafortunadamente ya no se puede regresar el tiempo y si así lo fuera, no hay cambio de destino.
Bueno, ¡basta! Tenemos que continuar con la redacción del documento.

-Si así lo deseas...

Al llegar la noche, no deje escapar ningún detalle al hacer mi testamento, todo lo tenía cubierto, cada parte estaba bien estructurada, a cada uno de mis hijos les había dejado una porción de lo que había construido en varios años, releía y releía aquel documento para asegurarme de que estaba completo , sin embargo, me invadió una sensación de vacío, estaba completamente seguro de que no había dejado escapar nada pero sentía un gran hueco en mi pecho y no precisamente por la enfermedad, algo raro estaba ocurriendo...

Al llegar la mañana, me desperté y camine hacia el espejo, tenía la cara totalmente demacrada por la quimioterapia. Me estaba desgastando por completo.

Seguía sintiendo esa sensación de vacío, al fin sentía que mi corazón y pensamientos se habían alineado y por fin comprendía cual era mi situación, pero, ¿qué me hacia falta? Si al principio no parecía importarme, si ya no estaría más en este mundo ¿qué rayos y centellas necesitaba?

No tenía muy en claro que pensar, pero hice una lista de cosas que me hubiera gustado hacer, como un adolescente ideando planes a futuro en su vida, solo que yo ya era mucho mas viejo y todo lo que escribí fueron tonterías... La mayor parte de ellas eran cosas que me hubiera gustado realizar cuando tenía menos edad, no ahora que tengo contadas las horas antes de irme al quincuagésimo mundo de los muertos.

Me dispuse a meditar y al poco rato, me quede dormido.

Testamento a mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora