Una semana después del festival, Cyno y Tighnari habían logrado reunirse a escondidas.
La primera vez que Cyno quiso acercarse al omega, este lo jaló y le dijo que tendrían que verse a escondidas. Cyno no estuvo de acuerdo, pero terminó aceptando, ya que todavía tenía una relación con Nilou y además su padre no lo aceptaría.
—No sabes lo feliz que me siento cuando estoy contigo —sonríe el alfa— nunca pensé que yendo a recoger a mi hermana, me encontraría contigo.
—Yo tampoco, la verdad me sentí un poco nervioso al saber que vendría el próximo líder, ya sabes —lo mira— pensé que vendría con guardaespaldas y esas cosas.
—Eso solo lo hace mi padre para intimidar a los demás, a mi no me gusta eso.
—Lo sé —se acerca al alfa y acaricia su mejilla— eres distinto a tu padre y eso te hace especial.
—Quiero convertirme en el líder y mostrarle a todos que eres mi omega —susurra cerca al cuello del erudito— decirles que solo eres mío y de nadie más.
Besos por el cuello de Tighnari era lo que repartía el alfa, sus manos acarician su cintura, llegando a bajar y llegar a tocar sus nalgas.
—Eres un pervertido...
—Y te gusta —sonríe— te amo.
—Yo también te amo.
.
.
.
—Suegro, no se absolutamente nada de su hijo.
—Nilou, cariño, debe estar haciendo algún deber por ahí.
—Pero llámelo.
—No puedo estar todo el día vigilando en donde está o no, ya es un hombre adulto y sabe lo que hace.
—No es justo, el tiene que ser vigilado porque...
—¿Por qué qué? Nilou.
—Cyno, mi amor.
—Habla Nilou, porqué quieres que me vigilen.
—Es que... puede pasarte algo y yo no quiero que nada te pase.
—Ya se cuidarme solo, además sabes que no me gusta que me estén vigilando.
—Entiendo —dice Nilou.
—Me voy a dormir, mañana tengo que hablar con alguien.
—¿Con quién?
—Eso no debe interesarte.
Cyno se despide y se a su habitación.
—Tengo miedo.
—De que tienes miedo niña, Cyno esta bien y no quiere guardaespaldas.
Nilou sabía que algo estaba pasando, después del festival estaba actuando muy extraño con ella, casi ni se hablaban e incluso ya no le dejaba a Collei, en esto había alguien más, estaba segura.
—Entiendo, ya me voy, hasta mañana.
...
A la mañana siguente Cyno se levanta temprano, arregla sus cosas y se retira sin tomar desayuno, quería terminar sus deberes rápido para ver a su omega.
Lo que este no sabía, es que Nilou lo estaba siguiendo, desde lejos podía verlo y si, se había levantado temprano para ver que Cyno salga de su casa y ver que cosas hacía, tenía que asegurarse de que no la estuviese engañando.
La primera parada fue donde Al-haitam, creo que ahí no sospechaba nada, después de todo Al-haitam ya tenía pareja y además era un alfa.
—Supuestamente hoy tiene encargos y deberes.
Terminado de hablar, Cyno se acerca a Candace que justo pasaba por ahí.
—Con ella seguro me está engañando.. —saca su celular para grabar, pero ya se había ido— a donde fue...
—¿Que haces siguiendome?
—¡Cyno! —se sorprende— amor.
—Te hice una pregunta y quiero que la respondas.
—No te estaba siguiendo, de casualidad estaba por aquí, te vi y me oculté.
—¿En serio? ¿Y el celular? —señala.
—Ah.. esto.. verás.. recibí una llamada y por eso lo saqué, eso es todo.
—No quiero que me sigas, si veo que lo haces, le diré a mi padre y terminamos nuestra relación.
—Perdón amor, no volverá a pasar, nos vemos —se va corriendo del lugar.
—Estuvo cerca —suspira y saca su celular— espérame que ya voy.
El alfa miraba a todos lados, viendo si Nilou se encontraba cerca y por suerte no estaba.
—Cyno —Tighnari lo abraza— pensé que no vendrías.
—Tuve un inconveniente, pero ya lo solucione —lo agarra de las caderas— estoy ansioso.
—Primero comamos.
El moreno le roba un pequeño beso en los labios, para después entrar a la casa.
Aquel beso había sido tomado por alguien, que solo se limitó a reír.
—Señorita Nilou, tengo algo muy interesante, esto realmente le interesará.
Con Nilou
—Que cosa será eso importante, mándalo al celular para ver si realmente vale la pena, te pagaré el 50 primero, ya mándalo.
La chica al ver la imagen, deja caer el celular, era Cyno, su alfa y el maestro ese de Collei.
—¿Cómo?
No entendía como se habían conocido y como estaban de ese modo tan acaramelados.
—Cyno me va a escuchar, él no puede engañarme, no a mí —estaba por ir a encararlo, cuando se le ocurre otra cosa— él sabrá que hacer.
Nilou corría a la casa de suegro, iba a mostrarle lo que su hijo hacía a sus espaldas, ella no iba a quedar como una estúpida.
—Suegro, tenemos que hablar.
