¡Gracias a @SaveMeAndFixM por ayudarme!
Mi novio bajó a comprar unos cigarrillos en una pequeña tienda, y me dejó esperando en su estúpido y oloroso Mercedes 450SL. No entiendo porqué quiere más cigarrillos. Yo tengo muchos en mi bolso; le ofrecí algunos pero no los aceptó.
Hablando de cigarros, encenderé uno. Este jodido viejo me está haciendo esperar demasiado...
Mientras lo colocaba entre mis labios, eché mi cabeza hacia atrás, relajándome, intentando olvidar todos los problemas: Todo el maltrato psicológico, emocional y hasta el abuso sexual que en un pasado sufrí por parte de mi padre. Intentando recordar porqué me metí con el viejo que es mi novio, sólo se droga, me maltrata y supongo que también me engaña con otra mujer. Todas mis amigas me decían que debía olvidarme de él. Que tonta fui al no hacerles caso.
Aun así, lo amo. Lo amaré hasta el final de los tiempos. Por más daño que me haga, él fue quien me ayudó hace varios años, cuando era una tonta niña que pedía comida en la calle...
Nadie se apiadaba de mí, nadie sentía lastima, ¿qué podía hacer yo? ¿Vender mi virginidad por dinero? Eso solo debe ser entregado a la persona que amas. Mi viejo me ama, por eso fue que a él me entregué en cuerpo y alma. Él me prometió una gran vida, en una gran mansión. Llegar a tener una gran familia; amarme hasta la eternidad. Él no tiene familia, no tiene amigos... Sólo tiene enemigos. Es sólo un alma apiadada y adolorida que necesita amor y compasión.
Él está tardando demasiado, y yo ya acabé mi cigarro. Saqué el pequeño espejo que llevaba en mi bolsa dorada, me miré en él y sonreí haciendo una sexy mueca. Tomé el labial rojo y pinté mis grandes labios. Sacudiendo mi cabello pelirrojo, me quité mis lentes negros.
Abrí la guantera del auto y busqué el reloj de mi querido viejo Richard, el no me dejaba revisar la hora, mucho menos tener celular. Tenia totalmente prohibido ver televisión, leer diarios, salir por la noche a la calle, y desde la semana pasada, no me deja tener contacto verbal con nadie.
El no quiere que nadie me haga daño, no quiere que caiga en ningunas malas manos, no quiere que sea de nadie mas...
Revisé la hora y eran las 02:00 a.m, ¿Que se supone que un hombre debe hacer a esta hora en la calle?
De repente oí un muy fuerte disparo dentro de la tienda, me hizo saltar en el asiento.
Yo ya me estaba desesperando, el me dejó en su auto a la 01:30 a.m y me dijo que solo bajaba a por unos cigarrillos.
Intenté abrir la puerta del carro pero está se encontraba trabada, probé abrir la puerta del conductor pero estaba en el mismo estado. Mi desesperación comenzó a subir, solté el cigarro y lo pisé con mis delgados y finos zapatos.
Intenté bajar la ventanilla pero Richard también las trababa al bajarse del auto. Me rascaba la cabeza como una pequeña niña llena de parásitos, no sabia que hacer. Con ello llegaron mis ganas de orinar, mi vejiga estaba a punto de explotar.
Comencé a llorar mientras gritaba "Richard" lo mas fuerte que podía, el no volvía. Todo el maquillaje se corrió de mi rostro, de seguro me veía horrible.
Desde lo lejos veía una gran motocicleta acercándose hacia donde estaba aparcado nuestro auto, el resplandor de la luz de la moto no me permitía ver quien la conducía. Cuando se acercó noté que era un hombre, muy atractivo debo destacar. Llevaba una chaqueta de cuero, un jean azul rasgado por todas partes y su cabello peinado al estilo Elvis Presley. ¿Por que carajos me fijo en eso en un momento como este?
El se estacionó frente mio, y yo desesperadamente golpee el parabrisas para que el me viera.
El motociclista oyó los golpes y se acercó hacia el auto, obviamente no podía oír lo que quería decirle. Abrí mi bolsa y saqué mi labial rojo y un pañuelo. En el escribí "Por favor, busque a mi marido en la tienda de allí. lo necesito urgente, el lleva unos lentes negros" El miró fijamente el pañuelo, luego me miró a los ojos y asintió con la cabeza.
Entró rápidamente al local y tardó como unos 10 segundos en salir de nuevo, con Richard...
Richard se acercó rápidamente al auto, me miró por la ventana y se rió. Yo con mi cara mas seria le hice señas para que me abriera, el me negó con la cabeza y volvió a entrar a la tienda.
Me quedé mirándolo fijamente, ¿que carajos le pasa al viejo este? El motociclista había visto toda la situación, y mientras aguantaba la risa se acercó a mi. De pronto sacó un pequeño clip de su bolsillo, lo colocó en la cerradura de la puerta del auto, y sorprendentemente la pudo abrir.
- ¿Que haces? - Dije intentado cerrar la puerta, lamentablemente el tenia mas fuerza que yo y la empujaba hacia su lado.
- ¿No querías bajarte? - me dijo abriendo la puerta por completo y sosteniéndola con su cuerpo.
- Váyase, o llamaré a mi marido.
- ¿Enserio es tu marido? Pensé que era tu padre... - Dijo el intentado aguantar la risa.
- Es usted un mal educado, largo de aquí. - Empujé su cuerpo con toda mi fuerza y cerré la puerta.
El se rindió y finalmente me dejó en paz. Mientras caminaba lentamente hacia su motocicleta me miraba fijamente a los ojos, como si supiera todos mis secretos, como si me desnudara con la mirada, como si sus ojos me pudieran penetrar. En fin...
Y allí iba, otro chico mas al que desperdicie... ¿Se imaginan cuantas oportunidades tenia como esa, cuantos chicos ignoré por Richard? Y el así me las paga. Tal vez aquel motociclista tenia razón, tal vez todos pensaban que Richard era mi padre, que era demasiado joven para amarlo.
Me juzgan sin conocerme, no conocen mi pasado. No saben todo lo que sufrí, cuanto luché para ser amada, para ser aceptada por alguien que también busca ser aceptado. Si tan solo llegaran a conocerme, entenderían que no soy una puta que anda con el por todo su dinero. Solo se que debo amarlos, perdonarlos y nunca olvidarlos.
En esta vida debemos amar a quienes aman y nunca olvidar a todos aquellos que nos odian. Perdonar a quien perdona, y a también los que odian. Y lo mas importante, amar a quien perdona y nunca olvidar a quienes aman.
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Belleza Americana
Mystery / Thriller¿Quieres entrar al paraíso pero disfrutar las pequeñas travesuras de la vida? Solo peca, perdona y luego pide perdón a dios. La inquietante historia de Just, una joven de 25 años. Sus ojos y corazón están llenos de dinero, y no puede ver el sufrim...