Desde el odio [Adaptación]

𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 5:𝓒𝓾𝓶𝓹𝓵𝓲𝓻 𝓾𝓷𝓪 𝓹𝓻𝓸𝓶𝓮𝓼𝓪

"A veces, hemos de darnos cuenta de que ciertas personas pueden permanecer en nuestro corazón,

pero no en nuestras vidas".

arena lynn

Ese día tuvo mucho que pensar. Por la tarde fue con Martín a elegir algunos muebles para decorar lo que sería la próxima casa de su hijo. Por la noche, Olivia cayó con un nuevo novio, Rodrigo era el nombre, para comer con él. Llevaron unas ensaladas y una degustación de quesos hechos a base de leche de almendras, leche de avenas y coco. Julián no se quejó, aunque no le gustaron mucho los sabores. Enzo no le escribió y él quiso hacerlo, pero decidió que no, las palabras de su amigo le pesaron.

No pudo dormirse hasta entrada la noche. Al final terminó entrando al perfil de Instagram de Enzo, la mayoría de las publicaciones eran cosas de edificios, arquitectura, esculturas, seguía varias cuentas que hacían tortas artesanales (curioso), cuentas sobre fútbol y un par de perros chihuahuas que eran graciosos. Sin embargo, eso no fue lo que le molestó, sino que, en cada una de sus publicaciones, sin falta, estaba siempre el "like" de esa tal Valentina Cervantes e incluso de tanto en tanto le dejaba comentarios. Se seguían mutuamente desde hacía un par de meses.

No pudo con su intriga y se metió al perfil de la castaña, menos mal y era público, de manera que pudo acceder a todas sus publicaciones. Maldita sea la juventud y la belleza, la chica tenía cuerpo de modelo de ropa interior, una sonrisa muy atractiva y una mirada dulce. Sin dudas si le tirara onda a Enzo éste aceptaría rápidamente. ¿Quién, siendo soltero, le diría que no a semejante mina hermosa? No debería molestarle, ya no era su problema con cuántas bombachita floja cogia su ex... eso le decía su cerebro al menos, sin embargo, esa ansiedad desmedida, ese desvelo y ese malestar inexplicable, decían otra cosa diferente.

¿Qué estaba haciendo? Se tiró de espaldas en su cama, cerró los ojos un momento y le ganó el sueñito.

Se despertó sobresaltado cuando sintió besos en su rostro... ¿Enzo? ¿Qué hacía Enzo acá? ¿Cómo había entrado? No le dejó preguntar nada porque unió sus bocas y lo aplastó contra el colchón con todo su peso. Apenas podía respirar, lo miró con molestia.