prologo

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—Narumi...— oí la voz de mi madre, quebrada y débil, llamándome desde la camilla del hospital. Sus ojos reflejaban la lucha que sostenía contra el dolor.

Me acerqué rápidamente, ella tomo mi mano. Su piel estaba frágil y pálida, y las máquinas a su alrededor emitían pitidos y zumbidos monótonos. Su fuerza se estaba desvaneciendo, pero su determinación brillaba en sus ojos.

—Perdóname...— susurró con un último aliento, luchando por encontrar las palabras adecuadas antes de partir hacia la eternidad.

Por alguna razón no sentí nada, tristeza o felicidad. Agarre la mano que alguna vez sostenía y la lance hacia la camilla. Pronto la ira que muchas veces la reprimí salió, mordí mi labios con fuerza hasta sentir el sabor de la sangre en mi boca.

—te odio... Madre— me aleje de la camilla y me dirigí a la puerta de la habitación de hospital —espero que te pudras en el infierno—

Al salir me dirigí a los asientos en la sala de espera del hospital, vi como a mi hermano jugaba con sus manos intentando tranquilizarse, miro los alrededores como si buscara algo hasta que me vio. Vino corriendo a mi, casi se tropieza unas cuentas veces pero aun así llego hacia a mi

—¡Hermana!— sujeto mi mano con fuerza, para mirarme, su rostro se mostraba triste —pensé que me dejarías—

—...no lo hare— acaricie sus cabellos rubios y luego los revolví —vámonos...—

Agarre su mano y comenzamos a caminar, vi como con su otra mano se limpiaba sus ojos, que pronto se cristalizaron, capte unas miradas del personal del hospital, me miraban con pena

—Akira... vámonos a Corea con el abuelo— dije cuando salimos del hospital

—Pero...— el pareció pensarlo un poco —...vamos con el abuelo—

Al oír esas palabras sentí un gran alivio, acá en América ya no teníamos nada solo nos teníamos a nosotros. El abuelo, era bueno y siempre estuvo con nosotros desde el inicio

—Bien—

...

Estábamos en el avión, eche mi cabeza hacia atrás el viaje duraría bastante, vi a mi hermano quien estaba a mi lado durmiendo tranquilamente, acomode la manta que lo tapaba y seguí con lo mío.

—oh, Narumi— escuche la voz de un señor a través del celular, esa era la voz de mi abuelo

—Abuelo... mamá murió— no escuche nada mas después de un tiempo, el sabia lo doloroso que era 

—Has lo que te dije... ven a Corea— respondí con un si y corte la llamada, guardando el celular, dormiría esperando que esta vez si tuviera un buen sueño...

—¡Mamá para!— grite desesperada, veía como ella golpeaba repetidamente a mi hermano —¡Para, el no fue. Yo lo hice!— 

A pesar de cuanto gritara ella no se detenía, como si estuviera segada por la ira, agarre un pedazo de cristal de un jarrón cual estaba roto, corrí hacia ella, alejándola de mi hermana para ponerlo detrás mío

—aléjate de el— mis manos comenzaron a sangrar, por la fuerza con la que apretaba el cristal

—Narumi, lárgate a tu habitación— me ordeno, yo solo negaba, no dejaría a mi hermano solo con esta mujer

ella agarro mi mano que tenia el vidrio y me lo arrebato fácilmente, me empujo haciendo que cayera logrando cortarme la piel con los demás vidrios, lo golpearía otra vez si no la detenía. En ese momento no sabia lo que me había pasado, nunca entendí el porque se había desatado de tal manera mi habilidad, pronto de mis manos cuales estaban en el suelo comenzó a salir una luz que iba directo a mi madre, esa luz choco con ella haciendo que gritara de dolor y finalmente cayera al suelo.

▪︎𝒫𝒶𝓇𝒶𝒹𝒾𝓈𝑒▪︎ -ELECEED-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora