Capítulo 1

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Como cada domingo, me encontraba sentada en una de las sillas de la iglesia cristiana a la que asistía. Mi mamá se encontraba sentada a mi derecha, mi papá a mi izquierda y mi hermano menor de 13 años a lado de mi mamá. Estaba con la cabeza agachada, jugando con mis dedos mientras escuchaba lo que decía el pastor.
Mi familia siempre ha sido muy religiosa, y yo voy de la mano con ellos. Yo sí creo en Dios, sé que hay un ser viéndonos desde arriba o desde alguna parte. Y creo, no porque mi familia o los demás me digan que tengo que creer, sino porque lo he verificado gracias a experiencia propia.

El pastor nos estaba despidiendo, ya que se había acabado la misa. Mis padres salieron y después mi hermano y yo.

-Freen, ¿que no iba a venir tu novio por ti? -me preguntó mi mamá.

Revisé mi celular para ver si tenía mensajes de mi novio, y si, tenía uno que decía "llego en un minuto".

-Sí, no ha de tardar -respondí.

En eso se escuchó el claxon de un carro, el cual era de mi novio.

-¡Ya llegó! - dije feliz. - Adiós mamá- me despedí de mi mamá dándole un beso en la mejilla y después a mi papá. -Y adiós tonto-me despedí de mi hermano dándole un pequeño golpe en el brazo.

-Cuídate, y no llegues tarde -dijo mi papá.

-No papá -respondí-adiós.

Me subí al carro de mi novio y lo saludé con un beso de pico, prendió el carro y nos fuimos.

Mi novio se llamaba Heng, lo sé un nombre peculiar. Lo conocí porque su mamá era amiga de mi mamá, nos presentaron y nos gustamos, empezamos a salir seguido hasta que se me declaró y desde entonces llevábamos 2 años de novios. Pero Heng no era cómo los demás chicos, su belleza era peculiar y me encantaba en todos los sentidos.

-¿Y a donde me vas a llevar? - pregunté curiosa.

-Al cine -sonrío.

-Wow que romántico-reí burlándome para molestarlo.

-Veremos una nueva película, por lo que vi en el trailer se ve que va a estar buena.

-¿Qué género es?

-No sé, yo creo que acción, amor, aventura, algo de todo -dijo -Si quieres después podemos ir a cenar a un restaurante.

-Está bien, no te preocupes amor -me acerqué y besé su mejilla.

Después de 20 minutos de camino, llegamos. Entramos al cine, pedimos palomitas y bebidas, después entramos a la sala y nos sentamos en la parte de atrás.
En toda la película no pude poner atención, ya que la película solo me daba sueño y luchaba por no dormirme.

-¿Quieres ir a un restaurante? - Heng se paró de su asiento. La película se había acabado y estaban pasando los créditos.

-La verdad es que esta película sólo logró darme sueño, mejor quiero ir a mi casa a dormir -bostecé.

-Que exagerada eres, pero está bien amor como tu gustes -me sonrió y me dio un beso en la frente.

Heng me llevo a mi casa en menos de 15 minutos, me dejó en la entrada de mi casa, se despidió de mí y se fue.
Yo solo subí a mi habitación, estaba cansada y tenía mucho sueño, así que sólo me acosté en mi cama y me quedé dormida.

Empezó a sonar ese sonido molesto de todas las mañanas, la alarma. Tenía que ir a la escuela desgraciadamente, así que no hubo de otra más que levantarme de mi hermosa cama.

Hice la rutina que hago todos los días, lo necesario para no apestar y no morir de hambre estando en la escuela.
Heng como siempre lo hacía, pasó por mí para irnos juntos a la escuela. Si, éramos de esas parejas empalagosas que casi no se separaban. Íbamos en la misma escuela, pero no en el mismo salón, antes íbamos en el mismo pero los profesores decidieron cambiarnos porque decían que éramos muy codependientes y eso no era bueno para ninguno de los dos. ¿Qué les puedo decir? Éramos la pareja perfecta.

Aunque ser la pareja perfecta tenía sus contradicciones, una de ellas, es que casi no socializábamos con más personas, es decir, no teníamos amigos, y los pocos que teníamos antes, nos dejaron de hablar por no hacerles mucho caso.

Al llegar a la escuela, me dejó en mi salón y se despidió de mi con un largo beso en los labios.

-Tú y ese chico son muy empalagosos-se acercó una chica de cabello rubio una vez que me senté en mi butaca.

-A lo mejor porque es mi novio-sonreí.

-¿Viven juntos? -su rostro demostraba curiosidad. Y no sabía por qué.

-Ehh no- al parecer me había notado incómoda porque de inmediato extendió su mano para presentarse.

-Soy Nam - sonrió- Perdón por llegar de la nada contigo, pero estoy haciendo un proyecto de psicología de parejas, y ustedes se me hicieron perfectos.

-Gracias, pero no quiero ser un experimento.

-No serán un experimento, sólo es una encuesta. ¿Me dejas hacerte unas preguntas?

-Bueno -Ni modo que la rechazara.

-¿Piensas que eres codependiente de tu pareja? -Esa palabra ya me estaba hartando.

-Mira, no sé si alguna vez te has enamorado, pero yo sí y es de él. No somos codependientes, pero si adictos del uno al otro, porque así es el amor. Cuando te enamoras no te quieres separar de esa persona porque la amas y quieres estar siempre con tu amor. Así que, si no te has enamorado, no me vengas con tus preguntas. -La dejé y me cambié de asiento. Realmente no sabía nada de eso, y comenzaba a ser irritante.

Todo el día estuvo como siempre, aburrido, las horas se pasaban muy lentas y yo sólo quería llegar a mi casa para ver series.

Pero al fin el día pasó y los días también, de ser lunes, la semana se pasó, aunque lentamente y de la nada ya era domingo. Tenía que ir a la iglesia como siempre y eso realmente me alegraba. Yo era una de las favoritas de la iglesia, siempre les ayudaba en lo que necesitaban, sabía muchas cosas bíblicas y siempre contaba anécdotas que a todos les gustaban.

-¡Freen! ¿Tienes alguna anécdota para contarnos hoy? -sonrió el pastor esperando mi respuesta.

-De hecho, si -Me paré para dirigirme al frente y todos me aplaudieron. -Bueno, es algo divertido, por cierto, pero creo que es algo que Dios hac...- Fui rápidamente interrumpida por las puertas que se abrieron de golpe.

-¡Cállate! ¡No puedes hablar aquí! - Una madre estaba regañando a una chica que lucía de mi edad, con cabello largo y castaño, mientras la agarraba del brazo. Se veía como si la estuviera obligando a entrar, pero estaban haciendo un escándalo.

-¿Pasa algo señora? -preguntó el pastor.

-Sí, ¡pasa ella! -Sacudió a la chica del brazo.

-Está bien, podría calmarse un poco, mientras me lo explica acá fuera-Salieron y se sintió el silencio.

-Eso fue raro, pero no dejaré que ese improvisto momento arruiné mi anécdota- sonreí y continúe.

Ella arruinó mi vida - FreenBeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora