Narrador neutro.
La luz proveniente del sol entraba por aquellas ventanas que carecían de cortinas que protegieran a los pobres niños de los rayos de sol.
Entre aquellos niños se encontraba Matias, aquel chico de cabellos cafés estaba en el mundo de los sueños recostado en una cama hasta el fondo de la habitación, cobijado por unas simples frazadas.
Mientras algunos niños se iban despertando como era de costumbre, una mujer entró a la habitación despertando a todo mundo.
-Chicos, como sabrán hoy es sábado, lo que significa que hoy toca limpieza.- Dijo con un toque de malicia.
Mientras los demás niños se molestaban y replicaban, Matias solo se alegraba por eso, el sábado era el único día que podía hacer lo que más le gusta hacer, o lo más cercano a eso.
Cuando la mujer salió de la habitación todos los niños se empezaron a cambiar unos frente a otros sin pena alguna.
Matias solo se limitaba a voltear hacia la ventana que se encontraba frente a él, por la vergüenza que sentía, aunque era una sensación que nunca había sentido antes.
Lo poco que era de su talla en el closet compartido del cuarto eran unos shorts verdes un poco cortos, una blusa amarilla con un dibujo caricaturesco y un par de zapatos con velcro blancos.
Mientras se vestía, podía ver que uno que otro auto se estacionaba en el parqueadero del edificio.
Después de unos minutos después apareció la misma mujer y avisó que ya era hora de bajar a desayunar.
-Chicos hagan una fila, comportense y no hagan ruido, los bebés siguen durmiendo.-
Dicho eso, todos hicieron una fila para poder salir de la habitación hacia el comedor y tomar el desayuno.
Se podría decir que el edificio era grande, pero la cantidad de niños que habitaban ahí lo sobrepasaba, eran tantos los niños que estaban ahí que el personal a veces perdían el control de ellos.
Mientras los más grandes tomaban el desayuno, los bebés seguían durmiendo en un cuarto separado, en el cual pasaban todo el tiempo ya que ahí se encontraba todo lo que necesitan.
'En el cuarto de los bebés'.
-Al parecer Mari no pudo venir,¿ahora que haremos? no podemos con todos solas.- Una de las cuidadoras de los bebés dijo.
-Podríamos traer a Matías, él me ayudó mucho la última vez, es un amor con los niños.- propuso otra cuidadora.
-Espera aquí, lo traeré.-
'En el comedor'
Matias se encontraba sentado en una de las esquinas de la gran mesa, se podía ver que ya había acabado de desayunar y solo se limitaba a ver a sus otros compañeros.
-Matias,¿podrias ayudarme con los pequeños?.-
-Mmmm, está bien, no veo porque no.- Contestó Matias.
'En el cuarto de los bebés.
Cuando llegaron al cuarto, las cuidadoras le explicaron que debía hacer, aunque Matias ya tenía algo de experiencia en cuidar bebés.
Después de una hora, ya todos los bebés estaban alimentados y ahora se encontraban jugando en un gran corralito repleto de juguetes de todo tipo.
-Oye Matias,¿podrías cuidarlos por un momento tú solo? solo tienes que fijarte que no les pase nada malo.- Pidió amablemente.
-Claro que si.-
Cuando las cuidadoras salieron de la sala Matias solo se quedó parado viendo a los pequeños jugar con sus juguetes tranquilos.
Derrepente vio que uno de ellos se estaba llevando un juguete a la boca, aunque no se podía ahogar, el juguete estaba sucio, así que él decidió llevarle un chupón limpio.
Busco entre las cajoneras y encontró un paquete de chupones, con 2 chupones en la mano, uno simple de color rojo y otro con una abejita en medio.
Al bebe le dio el de color rojo y el con mucha pena y la piel de gallina, revisando que nadie entrara se coloco en la boca el otro chupon.
Se sintió con los pelos de punta y más avergonzado que nunca, aunque no era la primera vez que lo hacía y probablemente no sería la última.
La primera vez que lo hizo fue en la hora de la cena, después de alimentar a los bebés se le ocurrió esconder un chupón y probarlo en su cama, protegido con la cobija que tenía ahí.
Esta vez era diferente, aunque no sabía por qué.
Tenía una idea un poco loca, que podría no salir tan mal, o si?
Se metió al corralito junto a los niños no mayores de 1 año, aunque no tuviera muy en claro que es lo que iba a ser, solo estaba ahí sentado viendolos sin tener ni idea de qué hacer.
A lado de él se encontraba un carrito con botones brillantes que llamó su intención de inmediato, lo tomó entre sus manos y empezó a usarlo como un bebé nato.
Sin darse cuenta que las cuidadoras habían regresado y lo veían con cara de desagrado.
-¡MATIAS, QUE ESTAS HACIENDO!- Gritó enojada una de ellas.
Su cara se tornó blanco pálido pero nunca se sacó el chupete de la boca por la vergüenza que sentía en ese momento.
-¡Quiero que te vayas, en un momento iré contigo, estas en problemas!- Como pudo se salió con las orejas rojas por la pena, aun con el chupón dentro de su boca, salió del cuarto sentándose en el suelo del pasillo con la cabeza entre las piernas, sollozando ligeramente.
Sentía tanta vergüenza que ni siquiera notaba que traía el chupón aun en su boca.
El niño empezó a llorar ligeramente más fuerte cuando sintió una presencia frente de él, pensando que sería la cuidadora.
Su sorpresa fue aún más grande cuando sintió que lo alzaban por las axilas como un bebe.
Su cara se tornó roja como un tomate al ver un rostro desconocido cargando como si no pesara nada.
Era una mujer bastante alta y de cabellos cafés, y al parecer muy fuerte para poder cargarlo fácilmente.
Para evitar verla a la cara se escondió en el hueco del hombro y la cabeza de la desconocida, esta acción le sacó una risita a la mujer.
-Hola nene, mi nombre es Camila,¿Cuál es tu nombre lindo?- Preguntó con una linda sonrisa.
Se sacó el chupón.-M..mi nombre es Matias....-.
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Hasta ahi el capitulo de hoy, siento que me quedo muy corto de historia pero con demasiadas palabras 😥.
Vamos a aclarar ciertas cositas ok?
Esta es la misma historia que mi familia disfuncional, solo que mejor contada, con mas detalles y mejor contada.
Le voy a cambiar un par de cositas, pero sera la misma historia que mi familia disfuncional ok?.
Espero que esta version les guste mas, tratare de actualizar todas las semanas ya que estoy en vacaciones, dare lo mejor de mi ok?
Los quiero mucho bye 🥰
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Bebé pequeñito
Randomun pequeño joven de solo 14 años se encuentra huérfano y busca a alguien que de verdad lo quiera y comprenda sus gustos. La familia Coney está dispuesta a correr el riesgo de las malas miradas por parte de la demás gente. Matias también estará dispu...