I

9 1 0
                                    

Agitó su lata de pintura, era una sensación que le agradaba, pero esa alegría no duraría mucho tiempo...

Pino era un chico alegre pero mentiroso, muchos por su nombre y por su forma de mentir le decían: Pinocho, Nariz Larga, Pastorcito Mentiroso, y por último Narizón. De todos esos sobrenombres o apodos el que más le dolía era el de Pinocho, pero no lo podía evitar, no podía evitar meterse en problemas y el no mentir.

El hacia grafitis insultantes en todo su pueblo, él había tenido una infancia dura, es el hijo de un multimillonario que vive en su mansión en las afueras del pueblo "Nortpouse", su familia era conocida por tener los legendarios Ojos del Infierno, pero esos mismos ojos se despiertan en los miembros de su privilegiada familia a la edad de los trece años, pero Pino no los había despertado a pesar de tener ya diecisiete años de edad.

Esos ojos son el emblema y escudo de su familia, de ella salen guerreros muy distinguidos, que entrenan todo el tiempo para las futuras guerras.

Pero el al no tener los Ojos del Infierno los cuales se distinguen y son llamados así, por tener un particular color rojo sangre, por eso hasta que no los despierte él tiene prohibido volver a su hogar el cual no era para nada agradable. El motivo por el que no era tan agradable es porque los miembros de su familia son de mano dura, y él prefiere la libertad antes que entrenar para una guerra que quizás no pase, total no ha habido una en los últimos doscientos años, los cuales dejo a la civilización humana en los cimientos de lo que alguna vez fue. Según los libros de historia, que leyó mientras vivía en su mansión, la gente solía recorrer las calles sobre algo llamado asfalto, pero ahora las calles son de tierra, las personas solían viajar en alguna clase de vehículo que los transportaba de un lugar a otros llamados automóviles, ahora la gente viaja a caballo, y así por demás. También, según ese libro, la guerra de hace doscientos años atrás fue algo llamado "Guerra Nuclear", al parecer la energía nuclear existió en algún momento y eso ocasiono que se esparciera un virus letal que infectaba a las personas y las transformaba en algo que los historiadores no se ponían de acuerdo en que eran, algunos de esos seres eran terrestres, pero otros tenían alas y volaban a medias, a esos seres al final se los conoció como Ángeles, pero el padre de Pino afirmaba que solo se trataba de mitos urbanos, porque en Nortpouse no se había avistado un Ángel nunca.

Un día Pino se hallaba en su rutina diaria, escribir grafitis con su lata en aerosol con mensajes insultantes hacia su familia, la cual el pueblo entero aclama y admira. Mientras que su familia era admirada él era odiado, nadie podría entender el que te aíslen por una estupidez como los Ojos del Infierno.

Una vez que termino su grafiti, empezó a correr pues un señor con un palo en la mano lo empezó a perseguir.

- ¡Niño infeliz, ¿Qué tienes en contra de la digna familia Noctoul?!

- ¡El que ellos son mi familia y me despojaron de su lado por no despertar los Ojos del Infierno!

- ¡Mientes, ellos no serían capaces de hacer algo así, ellos protegen al pueblo! – decía el hombre mientras abanicaba el palo.

- ¡Me conocen por mentir, lo sé, pero esta vez digo la verdad! – Gritó Pino con lágrimas en los ojos.

Cuando logro escaparse de aquel hombre, empezó a recuperar el aliento, y se puso a caminar con las manos, recorrió un largo trayecto hasta llegar a la puerta de su casa.

Una vez allí oyó a un niño gritar en tono burlón:

-Pinocho, Pinocho, Pinocho el mentiroso.

Quiso gritarle para que lo deje en paz, pero al darse la vuelta se dio cuenta que solo se trataba de un niño de apenas cinco o seis años de edad, no podía desquitarse con él, porque estaba más que seguro que sus padres le habían inculcado eso de decirle Pinocho y mentiroso.

Ángeles CaídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora