• XI •

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No pasó mucho para que terminara de desayunar, dejo los trastes en el tocador para después subir su blusa y revisar si su cuerpo no tenía ninguna complicación, se quitó las vendas para dejar su vientre quien ya había crecido mucho, con cuidado empezó a revisar, hizo lo mismo con sus pechos. Afortunadamente, todo estaba bien solo que debía ordeñar sus pechos de nuevo, no le gustaba ya que se sentía incómodo y además sensible, un blanco fácil para ser tomado por algún depredador.

       Con cuidado se volvió a poner las venas, no sin antes acariciar un poco su vientre y decir lindas al pequeño retoño que pronto iba a tener. Se levantó para ir a la cocina quien estaba el Alfa limpiando con dificultad la cocina junto con la ropa sucia y su cabello completamente hecho un desastre.

       — Hola Jungkook — Saludo Namjoon haciendo sorprender al Alfa dando un gran brinco.

       — ¡H-Hola Nam! No pensé que estuvieras aquí — Dijo Jungkook sorprendido — ¿Qué pasó? ¿Necesitas algo? —

       — Apenas acabo de llegar — Rio ligeramente ante la reacción de Jungkook — Bueno, quería saber si me podrías dar una cubeta o un recipiente hondo. —

       — ¡Claro! Espera, déjame lo busco — Asintió Jungkook para después ir a una repisa.

       Busco por un largo rato, fue a un mueble y no pasó mucho para que encontrara el recipiente indicado.

       — ¡Aquí está! — Se acercó Jungkook al Omega — ¿Te sirve este o necesitas uno más hondo? —

       — Muchas gracias — Agradeció Namjoon con una sonrisa.

       — Oye — Volteo Namjoon para ver al Alfa — Quería saber para qué lo quieres, bueno, si es no te molesta —

       — Oh — Dijo Namjoon para después estar rojo de la vergüenza — Bueno... Es complicado para mi decirlo, ya que es algo personal, además de algo íntimo —

       — ¡Okey! — Exclamó Jungkook nervioso y apenado — Bueno, no está mal cuidarse ya que puede pasar alguna infección o algo grave. Mejor te dejo ir antes de que sea tarde —

       — Está bien, gracias — Agradeció Namjoon para después al cuarto del Alfa.

       Jungkook se sentía muy feliz ya que pudo hablar cómodamente con el Omega después del horrible incidente, además, pudo ver por primera vez la risa de Namjoon, sentía varías emociones que pensaba que estaba enfermo o se iba a desmayar. Mientras tanto, Namjoon estaba ordeñando con calma sus pechos, para él era doloroso hacerlo pero era necesario, además de que lo calmaba mucho, estuvo un largo rato haciéndolo hasta que estuvieran completamente vacíos para después volver a vendarse y acomodarse la blusa.

       Al estar completamente bien, se levantó junto con el recipiente tratando de ver cómo deshacerse de esa leche, salió para ir a tirarla pero en eso, Jungkook se percató de la presencia del Omega.

       — Hola Nam, ¿a donde vas? ¿Qué es eso? — preguntó Jungkook curioso.

       — Bueno, es leche y voy a ir a tirarlo — contestó Namjoon, estaba por irse pero la voz del Alfa lo detuvo.

       — ¿Leche? ¿Por qué la tirarías? Nos puede servir mucho — dijo Jungkook confundido.

       — Y no lo dudo pero lo que pasa es que... — Se detuvo Namjoon — Esa leche es mía — Murmuró Namjoon avergonzado.

       — ¿Cómo? — preguntó Jungkook confundido.

       — Yo hice esa leche —

       Jungkook quedó un rato procesando la información que entendió.

Mi linda vaquitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora