Las zancadas que daba eran más de lo que podía imaginar, sentía su cuerpo pesar tanto como el plomo, el cansancio del trabajo ya daba demasiado de por sí, pero si se rendía ahora mismo, estaría todo acabado, siquiera y se atrevía a pensar en que estaba tratando de hacer, es como si sus piernas respondieran en automático, sentía el sudor recorrer cada esquina de su piel, sus manos melladas estaban siendo apretadas con gran firmeza y su respiración era tan fuerte como un vendaval ¿por qué siquiera había recibido esa llamada? ¿era obra de alguna entidad maligna solo para destrozar su noche? se supone que solo iba a pasar un agradable día de lo que restaba, mirarían una película, se pondrían a hacer una pelea de palomitas y hasta quedarían con el pelo pegado de ellas, riendo y discutiendo cómo serían sus retoños en un futuro no muy cercano ¿pero por qué todo eso debía cambiar? era desagradable escuchar el nombre de su esposo por otra persona, mencionando que estaba siendo atendido en urgencias.
No estaba atento a la gente que lo reprendía por ir empujando todo a su paso, o esa playlist que estaba sonando totalmente irónico al asunto que se estaba dando, ni siquiera el clima invernal relajaba su temperatura que podía ser comparada con un pan recién sacado del horno, nada exagerado. Cuando llegó a la estación ahogó sus penas en estar mirando desesperadamente cuando llegaría el siguiente transbordo, sus cascos fueron sacados de sus oídos, que no aguantaban más una melodía tan animada, ni los temas tristes de The Smiths lo ayudarían ahora mismo. Cuando pudo subirse al tren solo se pegó a la puerta de salida del vagón, rezando que llegase rápido a su parada, sentía sus manos temblar, buscando alguna barandilla para apoyarse y no caer en el intento, sacó apresuradamente su móvil, buscando su agenda de contactos e intentando buscar comunicación con su pareja, ni a los seis pitidos fue atendido y solo fue llevado al buzón de voz, ahora tenía más opciones para querer gritar y desplomarse delante de tanta gente, honestamente, le daba absolutamente igual.
A la hora de salida, se fue corriendo hasta las escaleras de salida, sintiendo la brisa golpear su cara, seguramente pillaría un resfriado, pero tampoco tenía tanta fuerza mental como para preocuparse por su propia salud, repetía el mismo número de teléfono una y otra vez en su cabeza, como una maldición, sintiéndose culpable de todas las tonterías que él mismo había causado ¿sería demasiado tarde ya? no había pensado siquiera en unas disculpas bien formadas, temía que, el mayor de los Shinazugawas lo echara a patadas del hospital, por no atender el estado de su chico, las lágrimas empezaban a caer por sus mejillas, el nudo que se había formado en su garganta era suficiente como para dejarlo sin respiración, entrecortándole la saliva y ahogándose en carraspeos e intentos de no morir antes de llegar al hospital.
No eran muchas cuadras las que debía sobrepasar, agradecía que su cuerpo estaba siendo mantenido por el mismo y el ejercicio ayudaba en la carrera, pero se sentía devastado tanto física como mentalmente, las luces del vecindario apenas y estaban siendo encendidas, por lo que con cada paso que daba otra farola era iluminada, convirtiendo su cuerpo en una pobre sombra llena de sudores y lagrimas, la suela de sus zapatos de vestir estaba siendo degastada y era notable, ni su chaqueta, su jersey y hasta su cabello lo estaban pasando igual de bien, pero ¿Qué más daba mientras su esposo estaba siendo gravemente atendido?
Cayó al suelo en cuanto sus pies pisaron las puertas corredizas de la sala de emergencias, cosa que no fue ignorada por las enfermeras que pasaban por allí, rápidamente lo levantaron, preguntándole por su estado y si debía ser revisado, no se atrevió a responder, no en un estado tan deplorable como el suyo, solo pudo hacer señas, demostrando que el herido no era el, si no de la persona a la que debía ver urgentemente, fue hasta el mostrador del hospital, pidiendo que por favor le dejasen ver a la victima, la enfermera detrás de la mesilla lo entendió a la perfección, sintiendo melancolía por la pobre alma que se arrastraba por los pasillos con la ayuda del equipo de enfermería, con el temor de caer en el intento, cuando llegó a la sala, solo pudo fijarse en todas las caras reconocidas que estaban sentadas en las butacas de espera, algunos mantenían un rostro de miedo y tristeza, otros siquiera y mostraban emociones, solo miraban a la nada, en busca de una respuesta positiva.
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OUT LIKE A LIGHT - GenMui One-Shot.
Fanfiction'No serví de nada.' 'Esta bien, hicimos lo que pudimos.' ----------------------------------------------------- Un One-Shot totalmente enfocado a los dos personajes de Koyoharu Gotouge, Shinazugawa Genya y Tokito Muichiro.