Tengo ganas de verano, de calor, sol y playa.
Tengo ganas de notar la textura del cesped, de la arena, de coger aire y evadirme con mis hermanas las partículas H²0 y mis hermanos los gérmenes.
Tengo ganas de Ruidera, de lagunas, de verde, de luz.
Ese lugar que desprende tranquilidad por cada rincón.
Será porque es el único sito más largo donde viajo en verano.
Tengo ganas de esas aceitunas caseras que hace mi abuelo, con sosa cáustica,limón y sal.
Y también de los postres de mi abuela, las natillas caseras,el arroz con leche y esos pasteles que moja con café y mistela.
Y esas ensaladas que desprenden sabores de mil colores que te llevan a estaciones diferentes del año.
También tengo ganas de sandía, de melón,de cerezas, de frambuesas y de fresas.
Sintiendo un placer inconmensurable.
Tengo ganas de tanto, que sólo tengo que desearlo, cerrar los ojos y esperar.
Esperar como pasan los años y ver que aún sigo sin madurar como los plátanos.
Por eso mi fruto seco preferido son las pasas.