punzadas de amor

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Wukong comenzó lentamente a sentir malestares, apetito, náuseas, y la nula aparición de su ciclo de calor o menstrual; no lo mal interpreten, a Wukong no le gusta su ciclo, pero, a la vez, tenía miedo de perder su fertilidad. Su instinto se preocupa y a la vez se altera, tampoco tiene una compañía a la que le pueda contar sus penas, ya no tenía a Macaque, el se fué más de 500 años atrás, por su propia mano.

Ese recuerdo amargo hace que se aleje de sus hermanos y maestro, para lamentarse sus actos arrogantes de un pasado, ya lejano e insensato. Realmente lo único que quisiera es estar con el alfa con el que alguna vez, su corazón latió como aleteo de colibrí. Y ni aunque pasen mil o mil millones de años, nunca olvidará al el hombre que le hizo ver la luna y las estrellas, que le hizo sentir como un omega y no un rebelde, él único con el que sintió algo especial, algo inconfundible... Amor, amor puro y firme. Un amor de verdad.

Aún recordando cuando se acurrucaba un los brazos firmes y fuertes del el macaco de seis orejas.

Quería a su Alfa, para proteja del monje o Bajie. Bueno de Bajie más que nada, aún así los dos eran alfas, todos, incluyendo a Ao Lie, un dragón-caballo, tranquilo, lo suficiente como para desesperarlo aveces, gracias a él, aprendiendo la calma.

Otro es Tripitaka, no era el mejor maestro, pero sabía disculparse y actualmente se le veía más protector con él.

- Wukong ¿Estás cansado? - con inquietud no solo por palabras si no también reflejado en su rostro.

- no. - contestó a secas el peregrino Sun, con muy mal humor, ya que era la sexta o séptima vez, que el monje le preguntaba lo mismo.

- ¿Seguro? - insistió el monje, y el mono asintió con muy mal gesto. - ¡Si te duele algo, solo avísame y paramos hasta que te recuperes! - bien ya era hora de preguntarle al terco monje, el por qué de su insistencia.

- maestro, ¿Que te pasa? Has estado haci de raro desde hace ya una semana, ¡Detente que me voy a volver loco! - reclamó algo alterado el peregrino Sun Wukong, que no entendía la preocupación de su maestro, sabiendo lo poderoso que era, le ofendía la poca confianza del monje.

- Wukong, estás en gestión. - soltó Tripitaka sin previa aviso, sin titubeos y sin reír. El mono se rió, pero al ver la expresión sin gracia de su maestro, paró su risa. - no bromeó contigo, discípulo mío.

- maestro, en mi posición también se riera, es imposible estar en gestión, no tengo pareja o alguien con el que pudiera tener algo sexual. - se defendió Wukong con eso, tomándose a broma todo.

- discípulo Sun, ¿Cuando fue tu último celo o ciclo menstrual?  - volvió a preguntar su maestro, está vez con algo muy personal. Su maestro sabía que Wukong era un chico trans, se lo contó cuando accidentalmente, el monje le vió sus pechos al descubierto. Ese día fue muy raro para ambos y ayudó a Wukong a saber que Tripitaka era un hombre confiable, cuando entendió como se sentía.

Era más tranquilo para Wukong ser llamado como un "él" que como una "ella". Como Omega era más común que los alfas se fijarán en las Omegas mujeres que en los varones, por eso y por muchas otras razones, que le da pereza explicar, se siente más cómodo que lo vean como hombre y no una mujer.

Pero ahora estaba haciendo una pregunta muy personal, como lo era su menstruación y celo. - ¿Eso para qué? ¡Pervertido! - exclamó con antelación, Wukong, que no se sintió en lo más mínimo cómodo con la pregunta de su querido maestro.

- ¡No me llames así, que no es para nada malo, lo que te digo! Mi olfato y mi instinto me dicen con tu aroma dulce y empalagoso que estás esperando un hijo, quiero protégete como a todos, no voy a permitir que un viaje te sobre exponga a tí y a tu cría, si está existe. Sé que soy inútil y hasta cruel, pero no te quiero hacer daño, no más del que he hecho. - franco, firme y sobretodo seguro, eso hizo que Wukong replantearse su realmente estaba o no en gestación.

Sus palabras fueron arrebatadas como hojas en otoño y su mirada fija y perdida como la de alguien perdido en lo profundo del bosque... Solo había tenido relaciones una vez... Con su Alfa.

- maestro. - llamó con titubeos a el monje. - si es cierto lo que has dicho, mi vientre plano, se convertirá en un abultado estómago, y los latidos en su interior darán la seguridad de que yo espero a un hijo.- en su mente, se orquestaron dudas y pero también esperanzas.

Talvez el cielo lo escucho, de una manera extraña. Recuerda haber pedido a los cielos, con noche sin falta, tener algo de su amado. Aunque no de esta manera, pero lo que sea está bien.

Esto hizo que la mentalidad de Wukong se dividiera en dos, su mente y su corazón. Su mente le decía que un bebé no debería nacer en un lugar en constante peligro y que era hipócrita de su parte el querer criar un niño, cuando nisiquera es una buena persona. Su corazón por otro lado, le decía que era un regalo, que quería ver a su cachorro, que encontrará la manera de protegerlo.

Pero ya no quería escuchar a su mente, así que tomo una decisión junto con el monje. Irían con la diosa de la misericordia para detener paulatinamente el embarazo.




......






Lo siento, lo siento, prometí esto hace mucho tiempo, lo sé, aaaaaa 😭😭😭

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