Único

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KIRISHIMA

Bakubro sale de los labios de Kirishima mientras echa un brazo sobre los hombros de Katsuki. Como respuesta el chico pelirrojo recibe algo parecido a un ladrido, algo que suena como una queja por la evidente invasión al espacio personal del rubio, sin embargo, los orbes rojos de Katsuki no transmiten ira o molestia. Y el cuerpo de Katsuki se mantiene junto al de Kirishima.

Shoto los mira desde su asiento en la sala común de los dormitorios. Tiene el cuello torcido y medio cuerpo apuntando en la dirección contraria. No luce cómodo y quizá por ello su rostro, pasivo y carente de emociones la mayor parte del tiempo, se ve adornado con un ceño fruncido. Dota a Shoto de un aire frío y molesto, símil al que lo caracterizaba durante sus primeras semanas en la U.A. La diferencia radica en que aquella ira desmedida parecía hervir, esta en cambio es sosegada y contenida.

Kirishima y Bakugo están de pie a espaldas de Shoto, a un par de metros de distancia. Sudorosos y desaliñados hacen que la ropa se apegue a sus cuerpos en zonas que generalmente no lo hacen.

El resto de la conversación entre ambos chicos le es indiferente a Shoto, sus ojos fijos en el medio abrazo. En el rostro de Kirishima, sonrojado y sonriente, demasiado cerca del de Katsuki. Y la cantidad de veces que Kirishima lo llama Bakubro.
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MINA, SERO, KAMINARI

-Blasty, por favor, si no me ayudas reprobaré.

Kaminari sostiene frente a él una libreta que parece haber sido víctima de las más horribles torturas ejecutadas por la Liga de Villanos. E incluso así, ellos podrían ser más benévolos que el dueño de aquella libreta.

Katsuki la mira con asco mal disimulado. Retrocede un paso como si la libreta pudiera contagiarlo de alguna enfermedad incurable. Quizás sea así.

-Quita esa mierda de mi vista.

-Lo haré si me ayudas.

-Estás más allá de la ayuda de nuestro Blasty. No creo que ni siquiera él sea capaz de hacer milagros.

Mina se une a la conversación, juega distraída con el bolígrafo entre sus dedos. Más interesada en los ruegos de Kaminari que en su propia tarea, la cual Bakugo supervisa.

La pequeña mesa de estudio que han escogido Bakugo y Mina se ve invadida en segundos por Sero y Kirishima además de la desolada figura de Kaminari.

Shoto aprovecha sus cinco minutos de descanso para centrarse en la reunión que se desarrolla a un par de mesas de distancia. Y sí, lleva el tiempo suficiente viendo en esa dirección como para que ya se hayan agotado sus minutos de descanso.

-¿Así que estás dudando de las habilidades de Blasty? -Sero se recarga en Kaminari, una sonrisa burlona cruza sus delgados labios-. Quizás Midoriya sea mejor para enseñarle.

-Cómo diablos va a ser mejor maestro que yo, ese nerd.

-No veo pruebas, solo blablabla.

-Yaomomo también es muy buena enseñando -Mina se hace a un lado en su asiento para compartir el minúsculo espacio con Kirishima, quien permanece callado.

-Se joden si creen que voy a permitir que me comparen con cualquiera de esos. Consigue una mesa más grande, Kaminari. Pasarás ese maldito examen.

Kirishima suspira. Sero extiende su sonrisa. Mina recoge sus cosas sin importarle que mete en su bolso o cómo lo mete. Y Kaminari solloza mientras abraza a Bakugo.

¿Si dura segundos con los brazos alrededor de Bakugo cuenta como abrazo?

Shoto se muerde el labio inferior. No se suponía que se llevarán a Katsuki de esa mesa, cómo va a verlo si se lo llevan de ahí.
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