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-Hola-saludo con una linda sonrisa-

-Hola Han-sonrio-

-Ocupas algo??-pregunto-

Han era el hijo del dueño de un mini super, él solía ayudar a su encantadora amiga Cataleya de quien estaba enamorada en secreto, aun que realmente no era un secreto mas que para él mimsmo.

-Hoy no muchas gracias-dijo haciendole una reverencia-sabes si mi madre llego??

-Hace rato subió-amable-

-Muchas gracias, si llego a ocupar algo bajare, y si no como quiera bajare a verte-dijo animada-

Han. Han era el único amigo de Cataleya, ella era una chica solitaria y era conocida por "crear problemas" tenía una mala fama en la preparatoria debido a unas chicas odiosas pero a ella realmente no le importaba lo que los demas dijeran. Le importaba Han el chico de sus sueños

-Aquí te esperare-sonrio-

-No esperes mucho, okay?

Cataleya se encamino al elevador, vivía en el piso 7 de un viejo edificio en mal estado, miro el cartel de "no disponible" y maldicio entre dientes tomando las escaleras. El edificio en si era una mierda tanto como su vida personal

Al llegar a la puerta del apartamento miro unos segundos la manija, se preguntaba a si misma si en verdad quería entrar a lo que era su "hogar" hasta que entró.

-Ya llegue-se anuncio-

-Mamá-dijo abrazandola por atrás-oye! Te tengo nueva noticia-sonrio- me estan ofreciendo una beca deportiva!!-dijo brincando de la emoción-al 100%

-Eso es increible hija-dijo sin un pizca de emoción-

Se quedo confusa, acaso no era una buena noticia? Se cuestiono, por que no se emociono tanto como ella? Que pasaba?

-Mamá paso algo??-dijo tratando de que le diera la cara-

-No hija, oye por que no vas a la tienda de Han y me traes unos huevos, nomas tenemos arroz y...

-Mamá-dijo volteandola para que la viera-

Su madre se encontraba con la cabeza baja, sin levantar la mirada, Cataleya intento no llorar. Su madre nuevamente estaba irreconosible, el tipo que decía amarla la había moldio a golpes y la había dejado severamente dañada pero su madre se negaba a dejarlo

-Mamá?-llorando-

-Hija...-llorando-

Cataleya en un arranque de impulsividad se fue directo a donde sabía perfectamente que se iba a encontrar al hijo de perra que había golpeado a su mamá, se encamino a la habitación y de una patada lo tiro de la cama interrumpiendo su sueño

-Idota!-le grito-

-Maldita zorra-le contesto-que te pasa estupida!-molesto-

-Te dije que a mi madre no la ibas a volver a tocar-furiosa-

-Pues dile a la inservible de tu madre que no deje que la comida se enfrie-grito-

Ella iba preparada, no se iba a quedar con los brazos cruzados, así que le iba a propinar una paliza. Tomo el palo de la escoba y con todas las fuerzas del mundo le dio en las piernas

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